08.05.2013 Views

Te presto mi Stradivarius, de Gloria Gitaroff

Te presto mi Stradivarius, de Gloria Gitaroff

Te presto mi Stradivarius, de Gloria Gitaroff

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>Te</strong> <strong>presto</strong> <strong>mi</strong> <strong>Stradivarius</strong><br />

¿Y este otro?<br />

—No tiene gancho —me dijo y al ver <strong>mi</strong> cara <strong>de</strong> qué diablos era el<br />

gancho me explicó… ¿me explicó?<br />

—Gancho, que te da curiosidad, ganas <strong>de</strong> seguir leyendo. Mirá, para<br />

que te hagas una i<strong>de</strong>a, te diré que a los médicos les gustan las cosas<br />

bien sintéticas. Me acuerdo por ejemplo <strong>de</strong> un aviso para un dilatador<br />

para el parto. Arriba, un barquito a<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un frasco con las velas<br />

plegadas. Abajo, el <strong>mi</strong>smo frasco, pero el barquito con las velas <strong>de</strong>splegadas<br />

y el tapón saltando hacia fuera. ¿No te parece una maravilla<br />

<strong>de</strong> síntesis? Bueno, una cosa así es la que hace falta.<br />

Después <strong>de</strong> todo lo que me dijo, no sólo no me hice ninguna i<strong>de</strong>a,<br />

sino que se me habían ido todas las que tenía. Le pregunté cuál era el<br />

titular <strong>de</strong>l aviso <strong>de</strong>l frasquito y me dijo:<br />

Eso no importa; pensá en el que tenés que hacer vos.<br />

Tanto como para practicar, me entretuve pensando algún titular<br />

para el aviso <strong>de</strong>l dilatador. “Qué tal, vea como salta el tapón cuando<br />

el barquito crece”. No; muy largo. Ah, ya sé: “¡Pum!” No; muy corto.<br />

Cuando llegué a “No hay tapón que se le resista” empecé a temer<br />

por <strong>mi</strong> salud mental.<br />

Cossio se había ido y <strong>de</strong>cidí pedirle a Juan que me ayudase. Cuando<br />

me acerqué, ocultó lo que estaba escribiendo como si yo lo fuera<br />

a leer, maldito si me importaba lo que escribía el melenudo ese, bah,<br />

hizo bien, yo no hubiera resistido la tentación <strong>de</strong> leerlo.<br />

¿Vos querés ser redactora? Entonces, redactá. —y me siguió diciendo<br />

otro montón <strong>de</strong> cosas por el estilo, que a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> ponerme muy<br />

mal no me sirvieron para nada para el titular que estaba tratando <strong>de</strong><br />

escribir.<br />

Seguí luchando y luchando. Cada tanto le llevaba a Cossio los resultados<br />

<strong>de</strong> <strong>mi</strong> lucha con la esperanza cada vez más <strong>de</strong>sesperanzada<br />

<strong>de</strong> que me diera el sí. “Ahora no está prohibido comer chocolate” no<br />

le gustó porque, según me dijo, había una regla <strong>de</strong> oro en publicidad,<br />

por la cual hay que <strong>de</strong>cir a todo que sí. De los “no”, ni hablar. “Mime<br />

a su paciente diabético”: muy ingenuo. “Nada <strong>de</strong> sentirse diferente”:<br />

“nada” equivale a “no”, entonces no. Y así, toda la mañana.<br />

67

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!