08.05.2013 Views

Te presto mi Stradivarius, de Gloria Gitaroff

Te presto mi Stradivarius, de Gloria Gitaroff

Te presto mi Stradivarius, de Gloria Gitaroff

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

130<br />

<strong>Gloria</strong> <strong>Gitaroff</strong><br />

En fin, que una está hecha <strong>de</strong> lo que le van diciendo que es. “Sos<br />

dulce”, me había dicho Guido; “sos vulnerable” me dijo Marcelo. Y<br />

parece que una se va acomodando a eso, como parece que se acomodó<br />

Freud a la predicción <strong>de</strong> la gitana al nacer, y fue un hombre importante,<br />

fue Freud.<br />

Papá había esperado todo <strong>de</strong> mí. Cualquier cosa que yo hiciera<br />

iba a estar bien, yo iba a hacer gran<strong>de</strong>s cosas, porque para él era linda,<br />

inteligente y buena. Era “Lucecita”, su luz. Pero no busqué a alguien<br />

como él, sino a Fernando, que no aceptaba <strong>mi</strong> manera <strong>de</strong> ser,<br />

que quería cambiarme.<br />

Cuando me cambió tanto, que yo no sabía más quién era, cuando<br />

no podía seguir viviendo siempre ansiosa, consolándome con la co<strong>mi</strong>da<br />

aunque co<strong>mi</strong>endo sin hambre, dur<strong>mi</strong>endo sin sueño; cuando<br />

<strong>mi</strong>s anginas se volvieron más y más dolorosas, empecé a analizarme.<br />

Entonces supe que, por complacer a Fernando, porque lo quería, había<br />

cambiado tanto, que no era más que su sombra, y yo quería seguir<br />

siendo una lucecita, no una sombra.<br />

Era una hermosa noche <strong>de</strong> verano. Había olor a jazmín. Fernando<br />

me había puesto una mano en la cintura, me había <strong>mi</strong>rado con infinita<br />

tristeza y me había dicho, muy <strong>de</strong>spacio, que había llegado el<br />

momento <strong>de</strong> pensar en separarnos.<br />

Me había abrazado y <strong>mi</strong>entras me acariciaba el pelo, me dijo al<br />

oído como aceptando un cruel <strong>de</strong>stino imposible <strong>de</strong> modificar, que<br />

yo ya no era la <strong>mi</strong>sma, que no era la <strong>de</strong> antes, que el análisis me había<br />

cambiado.<br />

—Pero Fernando —le dije entre lágrimas —me estaba enfermando<br />

por ser así.<br />

—No creo que estuvieras enferma, yo te prefería así.<br />

Qué trampa horrible; para po<strong>de</strong>r ser yo, para sentirme bien, tenía<br />

que per<strong>de</strong>r a Fernando. Para tenerlo, tenía que resignarme a sufrir y<br />

aún así, me parecía imposible volver el tiempo atrás.<br />

Estuvimos abrazados mucho tiempo. Los chicos venían <strong>de</strong> tanto<br />

en tanto a ver qué nos pasaba. Yo no podía <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> llorar, ni<br />

tampoco podía enten<strong>de</strong>r por qué las cosas tenían que ser <strong>de</strong> esa<br />

manera.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!