Te presto mi Stradivarius, de Gloria Gitaroff

Te presto mi Stradivarius
Pensé que no era más que una broma, pero al rato se apareció con
la carta y me la dio.
Al día siguiente dejé su carta bajo el teclado de Andrés.
Marina:
Hoy Inés me dio tu cartita, que me gustó mucho, te la
agradezco, y me hizo pensar cosas que quiero contarte.
Creo que tu vieja es otra, no porque un día entró en Salas,
sino porque se decidió a ser otra y se bancó una cantidad
de cambios fundamentales.
Al fin de cuentas, siempre tuvo el mismo corazón, el
mismo sentido del humor, sólo que no se lo permitía y ahora
sí.
También pensé que no tenía que aceptar que me dijeras
que soy un genio, porque fijate que para nada lo soy.
Lo único que hice fue escuchar a tu mamá decir (y escribir)
las cosas tal como las dice y descubrí, como vos ahora,
que es bárbara.
Gracias por escribirme
Andrés
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