08.05.2013 Views

Te presto mi Stradivarius, de Gloria Gitaroff

Te presto mi Stradivarius, de Gloria Gitaroff

Te presto mi Stradivarius, de Gloria Gitaroff

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>Te</strong> <strong>presto</strong> <strong>mi</strong> <strong>Stradivarius</strong><br />

Esa noche casi no dormí. Seguía muy excitada, y aunque tenía unas<br />

ganas tremendas <strong>de</strong> trabajar en la agencia, me parecía que no <strong>de</strong>bía,<br />

porque tener dos trabajos era estar <strong>de</strong>masiado tiempo fuera <strong>de</strong> casa.<br />

Pero por otra parte, entre los dos trabajos completaba un poco más<br />

<strong>de</strong> seis horas, y a<strong>de</strong>más los horarios me per<strong>mi</strong>tían estar a tiempo para<br />

almorzar con los chicos…<br />

A la mañana temprano lo llamé a Fernando y le pedí que tomáramos<br />

juntos un café. Me arreglé bien, me perfumé, nos encontramos.<br />

No pu<strong>de</strong> sentirme triste al verlo, ni nostálgica, ni coquetear con él,<br />

porque la agencia me ocupaba toda.<br />

Le conté lo más serenamente que pu<strong>de</strong> lo que me pasaba, y <strong>mi</strong>s dudas<br />

para aceptar ese trabajo. El me dijo que no me preocupara por los<br />

chicos, y que si era necesario, el podría pasar más tiempo con ellos.<br />

Me quedé muy sorprendida. ¿Cómo era posible que Fernando hubiese<br />

cambiado tanto, en tan poco tiempo? Siempre me había dicho<br />

que no a casi todo que no fuera las “labores propias <strong>de</strong> su sexo” (como<br />

se ponía en otro tiempo en los formularios, para no <strong>de</strong>cir lisa y llanamente<br />

que la que los llenaba era ama <strong>de</strong> casa).<br />

Me acordé <strong>de</strong> aquella conversación que habíamos tenido el día en<br />

que yo, con muchos ro<strong>de</strong>os, le había hablado <strong>de</strong> <strong>mi</strong>s planes <strong>de</strong> estudiar<br />

<strong>de</strong> nuevo, ya que los chicos estaban un poco más gran<strong>de</strong>s y no<br />

me necesitaban tanto y <strong>de</strong> la frase final:<br />

-Si querés estudiar, hacelo, pero acordate que a mí me molesta.<br />

Y vaya si le había molestado, por más que yo trataba <strong>de</strong> no estudiar<br />

cuando él estaba en casa, y <strong>de</strong> no hablarle <strong>de</strong> la Facultad.<br />

Pensé también que yo nunca había trabajado, a pesar <strong>de</strong> que siempre<br />

había tenido ganas <strong>de</strong> hacerlo. Primero había sido papá el que se<br />

había opuesto, “para qué vas a estudiar si yo te puedo dar todo lo que<br />

necesitás. Dedicate a estudiar”, me había dicho. Y <strong>de</strong>spués fue Fernando<br />

el que no me <strong>de</strong>jaba: me quería toda para él.<br />

No creo que papá se imaginara que yo quería probar <strong>mi</strong>s alas lejos<br />

<strong>de</strong> su protección, sobre todo porque nunca se lo había dicho. Es que,<br />

como le oí <strong>de</strong>cir siendo chica a mamá una noche en que ella creía que<br />

yo dormía: “Pobre Inés, es tan buena… Nunca pi<strong>de</strong> nada. Y yo había<br />

llorado, sobre todo por lo <strong>de</strong> pobre.<br />

39

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!