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BOY SCOUTS ALLENDE LOS MARES “MI TOUR ... - The Dump

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colina estaba el cementerio cercado de las cuarenta y ocho tumbas de granito situadas en<br />

cuadro alrededor de la tumba central de su señor.<br />

La tumba de Oishi es especialmente honrada con un techado sobre ella.<br />

Cada tumba consiste en una estrecha piedra vertical con el nombre del hombre fallecido<br />

en ella. En frente de cada una hay un pequeño bloque de piedra sobre el cual queman<br />

barras de incienso los admiradores, y al lado de ella hay un pequeño florero de bambú<br />

en el cual pueden depositar flores.<br />

Cuando estuve allí había una multitud de japoneses poniendo incienso para quemar en<br />

cada una de las tumbas, y todos los jarrones tenían flores. Esto demuestra que las<br />

hazañas de los cuarenta y siete todavía son conocidas por sus compatriotas y que su<br />

lealtad y valor siguen siendo admiradas.<br />

En un edificio perteneciente al templo se guardan retratos de los Ronins en forma de<br />

pequeñas estatuas que los muestran con su vestimenta favorita, algunos con armadura y<br />

todos en diferentes actitudes, y enseñan lo buenos, fuertes y valerosos que eran.<br />

El coraje de los japoneses<br />

No cuento esta historia para decir que Oishi y sus Ronins tenían razón al ir a matar al<br />

enemigo de su señor, pero no podemos juzgarlos por lo que haríamos hoy en día, ya que<br />

entonces eran incivilizados y todo esto tuvo lugar hace mucho tiempo.<br />

Pero es interesante ver que incluso en aquellos días la gente consideraba mucho a los<br />

hombres que eran viriles y leales a su líder, y que no temían sacrificarse a sí mismos,<br />

incluso con la más dolorosa de la muertes, con el fin de cumplir con su deber, y los<br />

japoneses de hoy día los considera como héroes y los admiran por ello.<br />

De hecho, desde que escribí lo anterior para vosotros he leído en un periódico japonés<br />

que un escolar recientemente les contó a sus compañeros de escuela que no temía<br />

hacerse el hara-kiri, y procedió a hacerlo en medio del patio. Ya se había clavado el<br />

cuchillo en el estómago cuando llegó corriendo un profesor y lo salvó justo a tiempo.<br />

Pero os demuestra lo sencillo que es ser valiente cumpliendo con vuestro deber con tan<br />

sólo decidirse a afrontar el dolor e incluso la muerte.<br />

En la guerra entre Rusia y Japón ocurrió en varias ocasiones que oficiales y soldados<br />

japoneses, cuando eran superados ampliamente en número por los rusos, rehusaron<br />

rendirse y se suicidaban antes que ser derrotados. No se mataban ellos mismo por el<br />

sencillo método de dispararse sino por la dolorosa vía de destriparse con sus espadas.<br />

Lo hacían porque era el modo más honorable de hacerlo de los Caballeros Samurai de<br />

Japón.<br />

Probablemente recordaréis el caso de valor por parte de los japoneses que os di en<br />

“Escultismo para muchachos”. Fue durante la última guerra entre Japón y Rusia cuando<br />

algunos pioneros japoneses habían sido mandados a volar la puerta de un fuerte ruso<br />

para que los atacantes pudiesen entrar. La mayoría de ellos fueron abatidos por los<br />

disparos al intentar llegar a la puerta, pero unos pocos consiguieron alcanzarla con sus<br />

cargas de pólvora.<br />

Estas debían ser “apisonadas” o trabadas contra las puertas con el fin de dar una fuerza<br />

completa a su explosión.<br />

Los hombres que transportaban las bolsas de arena con las cuales debían hacerse el<br />

apisonamiento habían sido abatidos. No había modo de conseguir la presión requerida<br />

sobre la carga, pero las puertas debían ser derribadas sin demora.<br />

De modo que los valientes pioneros pusieron la carga contra la puerta y luego las<br />

presionaron con sus pechos, encendieron las cerillas y volaron las puertas y a ellos<br />

mismos en pedazos. Pero su valeroso auto-sacrificio permitió a sus camaradas entrar y<br />

ganar la plaza para su Emperador.<br />

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