09.05.2013 Views

el_deseado_de_todas_las_gentes1.pdf (3 MB) - Webnode

el_deseado_de_todas_las_gentes1.pdf (3 MB) - Webnode

el_deseado_de_todas_las_gentes1.pdf (3 MB) - Webnode

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

170 EL DESEADO DE TODAS LAS GENTES<br />

glorificaréis. Por esta causa he venido al mundo.<br />

La gente se agolpaba en la presencia <strong>de</strong> Cristo con<br />

súplicas urgentes y <strong>las</strong>timeras, diciendo: Maestro,<br />

bendíceme. Su oído atendía cada clamor. Con una<br />

compasión que superaba a la <strong>de</strong> una madre, se inclinaba<br />

sobre los pequeñu<strong>el</strong>os que sufrían. Todos recibían<br />

atención. Cada uno quedaba sano <strong>de</strong> cualquier<br />

enfermedad que tuviera. Los mudos abrían sus labios en<br />

alabanzas; los ciegos contemplaban <strong>el</strong> rostro <strong>de</strong> su<br />

Sanador. El corazón <strong>de</strong> los dolientes era alegrado.<br />

Mientras los sacerdotes y oficiales d<strong>el</strong> templo<br />

presenciaban [135] esta obra, ¡qué rev<strong>el</strong>ación fueron para<br />

<strong>el</strong>los los sonidos que llegaban a sus oídos! Los<br />

concurrentes r<strong>el</strong>ataban la historia d<strong>el</strong> dolor que habían<br />

sufrido, <strong>de</strong> sus esperanzas frustradas, <strong>de</strong> los días penosos<br />

y <strong>de</strong> <strong>las</strong> noches <strong>de</strong> insomnio; y <strong>de</strong> cómo, cuando parecía<br />

haberse apagado la última chispa <strong>de</strong> esperanza, Cristo los<br />

había sanado. La carga era muy pesada, <strong>de</strong>cía uno; pero<br />

he encontrado un Ayudador. Es <strong>el</strong> Cristo <strong>de</strong> Dios, y<br />

<strong>de</strong>dicaré mi vida a su servicio. Había padres que <strong>de</strong>cían a<br />

sus hijos: El salvó vuestra vida; alzad vuestras voces y<br />

alabadle. Las voces <strong>de</strong> niños y jóvenes, <strong>de</strong> padres y<br />

madres, <strong>de</strong> amigos y espectadores, se unían en<br />

agra<strong>de</strong>cimiento y alabanza. La esperanza y la alegría<br />

llenaban los corazones. La paz embargaba los ánimos.<br />

Estaban sanos <strong>de</strong> alma y cuerpo, y volvieron a sus casas<br />

proclamando por doquiera <strong>el</strong> amor sin par <strong>de</strong> Jesús.<br />

En ocasión <strong>de</strong> la crucifixión <strong>de</strong> Cristo, los que habían<br />

sido sanados no se unieron con la turba para clamar:<br />

"¡Crucifícale! ¡ crucifícale ! " Sus simpatías acompañaban a<br />

Jesús; porque habían sentido su gran simpatía y su po<strong>de</strong>r<br />

admirable. Le conocían como su Salvador; porque él les

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!