09.05.2013 Views

el_deseado_de_todas_las_gentes1.pdf (3 MB) - Webnode

el_deseado_de_todas_las_gentes1.pdf (3 MB) - Webnode

el_deseado_de_todas_las_gentes1.pdf (3 MB) - Webnode

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

UNA NOCHE SOBRE EL LAGO 439<br />

ese entusiasmo fuera reducido a la nada. Las multitu<strong>de</strong>s<br />

que se estaban congregando para observar la Pascua<br />

anh<strong>el</strong>aban ver al nuevo Profeta. Para sus seguidores, ésta<br />

parecía la oportunidad áurea <strong>de</strong> establecer a su amado<br />

Maestro sobre <strong>el</strong> trono <strong>de</strong> Isra<strong>el</strong>. En <strong>el</strong> calor <strong>de</strong> esta nueva<br />

ambición, les era difícil irse solos y <strong>de</strong>jar a Jesús en<br />

aqu<strong>el</strong>la orilla <strong>de</strong>solada. Protestaron contra tal disposición;<br />

pero Jesús les habló entonces con una autoridad que<br />

nunca había asumido para con <strong>el</strong>los. Sabían que cualquier<br />

oposición ulterior <strong>de</strong> su parte sería inútil, y en silencio se<br />

volvieron hacia <strong>el</strong> mar.<br />

Jesús or<strong>de</strong>nó entonces a la multitud que se dispersase;<br />

y su actitud era tan <strong>de</strong>cidida que nadie se atrevió a<br />

<strong>de</strong>sobe<strong>de</strong>cerle. Las palabras <strong>de</strong> alabanza y exaltación<br />

murieron en los labios <strong>de</strong> los concurrentes. En <strong>el</strong> mismo<br />

acto <strong>de</strong> ad<strong>el</strong>antarse para tomarle, sus pasos se <strong>de</strong>tuvieron<br />

y se <strong>de</strong>svanecieron <strong>las</strong> miradas alegres y anh<strong>el</strong>antes <strong>de</strong><br />

sus rostros. En aqu<strong>el</strong>la muchedumbre había hombres <strong>de</strong><br />

voluntad fuerte y firme <strong>de</strong>terminación; pero <strong>el</strong> porte regio<br />

<strong>de</strong> Jesús y sus pocas y tranqui<strong>las</strong> palabras <strong>de</strong> or<strong>de</strong>n<br />

apagaron <strong>el</strong> tumulto y frustraron sus <strong>de</strong>signios.<br />

Reconocieron [342] en él un po<strong>de</strong>r superior a toda<br />

autoridad terrenal, y sin una pregunta se sometieron.<br />

Cuando fue <strong>de</strong>jado solo, Jesús "subió al monte apartado<br />

a orar." Durante horas continuó intercediendo ante Dios.<br />

Oraba no por sí mismo sino por los hombres. Pidió po<strong>de</strong>r<br />

para rev<strong>el</strong>arles <strong>el</strong> carácter divino <strong>de</strong> su misión, para que<br />

Satanás no cegase su entendimiento y pervirtiese su juicio.<br />

El Salvador sabia que sus días <strong>de</strong> ministerio personal en la<br />

tierra estaban casi terminados y que pocos le recibirían<br />

como su Re<strong>de</strong>ntor. Con <strong>el</strong> alma trabajada y afligida, oró<br />

por sus discípulos. Ellos habían <strong>de</strong> ser intensamente<br />

probados. Las esperanzas que por mucho tiempo

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!