09.05.2013 Views

el_deseado_de_todas_las_gentes1.pdf (3 MB) - Webnode

el_deseado_de_todas_las_gentes1.pdf (3 MB) - Webnode

el_deseado_de_todas_las_gentes1.pdf (3 MB) - Webnode

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

UN SIERVO DE SIERVOS 775<br />

En esta última noche con sus discípulos, Jesús tenía<br />

mucho que <strong>de</strong>cirles. Si hubiesen estado preparados para<br />

recibir lo que anh<strong>el</strong>aba impartirles, se habrían ahorrado<br />

una angustia <strong>de</strong>sgarradora, <strong>de</strong>saliento e incredulidad. Pero<br />

Jesús vio que no podían soportar lo que él tenía que<br />

<strong>de</strong>cirles. Al mirar sus rostros, <strong>las</strong> palabras <strong>de</strong><br />

amonestación y consu<strong>el</strong>o se <strong>de</strong>tuvieron en sus labios.<br />

Transcurrieron algunos momentos en silencio. Jesús<br />

parecía estar aguardando. Los discípulos se sentían<br />

incómodos. La simpatía y ternura <strong>de</strong>spertadas por <strong>el</strong> pesar<br />

<strong>de</strong> Cristo parecían haberse <strong>de</strong>svanecido. Sus entristecidas<br />

palabras, que señalaban su propio sufrimiento, habían<br />

hecho poca impresión. Las miradas que se dirigían unos a<br />

otros hablaban <strong>de</strong> c<strong>el</strong>os y rencil<strong>las</strong>.<br />

"Hubo entre <strong>el</strong>los una contienda, quién <strong>de</strong> <strong>el</strong>los parecía<br />

ser <strong>el</strong> mayor." Esta contienda, continuada en presencia <strong>de</strong><br />

Cristo, le apenaba y hería. Los discípulos se aferraban a<br />

su i<strong>de</strong>a favorita <strong>de</strong> que Cristo iba a hacer valer su po<strong>de</strong>r y<br />

ocupar su puesto en <strong>el</strong> trono <strong>de</strong> David. Y en su corazón,<br />

cada uno anh<strong>el</strong>aba tener <strong>el</strong> más alto puesto en <strong>el</strong> reino. Se<br />

habían avalorado a sí mismos y unos a otros, y en vez <strong>de</strong><br />

consi<strong>de</strong>rar más dignos a sus hermanos, cada uno se había<br />

puesto en primer lugar. La petición [600] <strong>de</strong> Juan y<br />

Santiago <strong>de</strong> sentarse a la <strong>de</strong>recha y a la izquierda d<strong>el</strong><br />

trono <strong>de</strong> Cristo, había excitado la indignación <strong>de</strong> los<br />

<strong>de</strong>más. El que los dos hermanos se atreviesen a pedir <strong>el</strong><br />

puesto más alto, airaba tanto a los diez que <strong>el</strong><br />

enajenamiento amenazaba penetrar entre <strong>el</strong>los.<br />

Consi<strong>de</strong>raban que se los había juzgado mal, y que su<br />

fid<strong>el</strong>idad y talentos no eran apreciados. Judas era <strong>el</strong> más<br />

severo con Santiago y Juan.<br />

Cuando los discípulos entraron en <strong>el</strong> aposento alto, sus<br />

corazones estaban llenos <strong>de</strong> resentimiento. Judas se

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!