09.05.2013 Views

el_deseado_de_todas_las_gentes1.pdf (3 MB) - Webnode

el_deseado_de_todas_las_gentes1.pdf (3 MB) - Webnode

el_deseado_de_todas_las_gentes1.pdf (3 MB) - Webnode

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

EL SÁBADO 323<br />

una reprensión a sus enemigos. Declaró que su ceguera<br />

había interpretado mal <strong>el</strong> objeto d<strong>el</strong> sábado. Dijo: "Si<br />

supieseis qué es: Misericordia quiero y no sacrificio, no<br />

con<strong>de</strong>naríais a los inocentes." (Mateo 12: 7) Sus muchos<br />

ritos formalistas no podían suplir la falta <strong>de</strong> aqu<strong>el</strong>la<br />

integridad veraz y amor tierno que siempre caracterizarán<br />

al verda<strong>de</strong>ro adorador <strong>de</strong> Dios.<br />

Cristo volvió a reiterar la verdad <strong>de</strong> que en sí mismos los<br />

sacrificios no tienen valor. Eran un medio, y no un fin. Su<br />

objeto consistía en señalar <strong>el</strong> Salvador a los hombres, y<br />

ponerlos así en armonía con Dios. Lo que Dios aprecia es<br />

<strong>el</strong> servicio <strong>de</strong> amor. Faltando éste, <strong>el</strong> mero ceremonial le<br />

es una ofensa. Así suce<strong>de</strong> con <strong>el</strong> sábado. Estaba<br />

<strong>de</strong>stinado a poner a los hombres en comunión con Dios;<br />

pero cuando la mente quedaba absorbida por ritos<br />

cansadores, <strong>el</strong> objeto d<strong>el</strong> sábado se frustraba. Su simple<br />

observancia exterior era una burla.<br />

Otro sábado, al entrar Jesús en una sinagoga, vio allí a<br />

un hombre que tenía una mano paralizada. Los fariseos le<br />

vigilaban, <strong>de</strong>seosos <strong>de</strong> ver lo que iba a hacer. El Salvador<br />

sabía muy bien que al efectuar una curación en sábado,<br />

sería [253] consi<strong>de</strong>rado como transgresor, pero no vaciló<br />

en <strong>de</strong>rribar <strong>el</strong> muro <strong>de</strong> <strong>las</strong> exigencias tradicionales que<br />

ro<strong>de</strong>aban <strong>el</strong> sábado. Jesús invitó al enfermo a ponerse <strong>de</strong><br />

pie, y luego preguntó: "¿Es lícito hacer bien en sábado, o<br />

hacer mal? ¿salvar la vida, o quitarla?" Era máxima<br />

corriente entre los judíos que <strong>el</strong> <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> hacer <strong>el</strong> bien,<br />

cuando había oportunidad, era hacer lo malo; <strong>el</strong> <strong>de</strong>scuidar<br />

<strong>de</strong> salvar una vida, era matar. Así se enfrentó Jesús con<br />

los rabinos en su propio terreno. "Mas <strong>el</strong>los callaban. Y<br />

mirándolos alre<strong>de</strong>dor con enojo, condoliéndose <strong>de</strong> la<br />

ceguedad <strong>de</strong> su corazón, dice al hombre: Extien<strong>de</strong> tu<br />

mano. Y la extendió, y su mano fue restituida sana.”

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!