09.05.2013 Views

el_deseado_de_todas_las_gentes1.pdf (3 MB) - Webnode

el_deseado_de_todas_las_gentes1.pdf (3 MB) - Webnode

el_deseado_de_todas_las_gentes1.pdf (3 MB) - Webnode

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Capítulo 19<br />

Junto al Pozo <strong>de</strong> Jacob *<br />

EN VIAJE a Galilea, Jesús pasó por Samaria. Era ya<br />

mediodía cuando llegó al hermoso valle <strong>de</strong> Siquem. A la<br />

entrada <strong>de</strong> dicho valle, se hallaba <strong>el</strong> pozo <strong>de</strong> Jacob.<br />

Cansado <strong>de</strong> viajar, se sentó allí para <strong>de</strong>scansar, mientras<br />

sus discípulos iban a comprar provisiones.<br />

Los judíos y los samaritanos eran acérrimos enemigos,<br />

y en cuanto les era posible, evitaban todo trato unos con<br />

otros. Los rabinos tenían por lícito <strong>el</strong> negociar con los<br />

samaritanos en caso <strong>de</strong> necesidad; pero con<strong>de</strong>naban todo<br />

trato social con <strong>el</strong>los. Un judío no <strong>de</strong>bía pedir nada<br />

prestado a un samaritano, ni aun un bocado <strong>de</strong> pan o un<br />

vaso <strong>de</strong> agua. Los discípulos, al ir a comprar alimentos,<br />

obraban en armonía con la costumbre <strong>de</strong> su nación, pero<br />

no podían ir más allá. El pedir un favor a los samaritanos, o<br />

<strong>el</strong> tratar <strong>de</strong> beneficiarlos en alguna manera, no podía<br />

cruzar siquiera por la mente <strong>de</strong> los discípulos <strong>de</strong> Cristo.<br />

Mientras Jesús estaba sentado sobre <strong>el</strong> brocal d<strong>el</strong> pozo,<br />

se sentía débil por <strong>el</strong> hambre y la sed. El viaje hecho<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la mañana había sido largo, y se hallaba ahora bajo<br />

los rayos d<strong>el</strong> sol <strong>de</strong> mediodía. Su sed era intensificada por<br />

la evocación d<strong>el</strong> agua fresca que estaba tan cerca, aunque<br />

inaccesible para él; porque no tenía cuerda ni cántaro, y <strong>el</strong><br />

pozo era hondo. Compartía la suerte <strong>de</strong> la humanidad, y<br />

aguardaba que alguien viniese para sacar agua. Se acercó<br />

* Este capítulo está basado en Juan 4: 1-42.<br />

194

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!