09.05.2013 Views

el_deseado_de_todas_las_gentes1.pdf (3 MB) - Webnode

el_deseado_de_todas_las_gentes1.pdf (3 MB) - Webnode

el_deseado_de_todas_las_gentes1.pdf (3 MB) - Webnode

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

EL CENTURIÓN 365<br />

Isra<strong>el</strong>. Una multitud le ro<strong>de</strong>aba a cada paso; pero era una<br />

muchedumbre alegre y llena <strong>de</strong> expectativa la que le<br />

seguía por la senda pedregosa que llevaba hacia <strong>las</strong><br />

puertas <strong>de</strong> la al<strong>de</strong>a montañesa.<br />

Mientras se acercaban, vieron venir hacia <strong>el</strong>los un<br />

cortejo fúnebre que salía <strong>de</strong> <strong>las</strong> puertas. A paso lento y<br />

triste, se encaminaba hacia <strong>el</strong> cementerio. En un féretro<br />

abierto, llevado al frente, se hallaba <strong>el</strong> cuerpo d<strong>el</strong> muerto, y<br />

en <strong>de</strong>rredor <strong>de</strong> él estaban <strong>las</strong> plañi<strong>de</strong>ras, que llenaban <strong>el</strong><br />

aire con sus llantos. Todos los habitantes d<strong>el</strong> pueblo<br />

parecían haberse reunido para <strong>de</strong>mostrar su respeto al<br />

muerto y su simpatía hacia sus afligidos <strong>de</strong>udos.<br />

Era una escena propia para <strong>de</strong>spertar simpatías. El<br />

muerto era <strong>el</strong> hijo unigénito <strong>de</strong> su madre viuda. La solitaria<br />

doliente iba siguiendo a la sepultura a su único apoyo y<br />

consu<strong>el</strong>o terrenal. "Y como <strong>el</strong> Señor la vio, compa<strong>de</strong>cióse<br />

<strong>de</strong> <strong>el</strong>la." Mientras <strong>el</strong>la seguía ciegamente llorando, sin<br />

notar su presencia, él se acercó a <strong>el</strong>la, y amablemente le<br />

dijo: "No llores." Jesús estaba por cambiar su pesar en<br />

gozo, pero no podía evitar esta expresión <strong>de</strong> tierna<br />

simpatía.<br />

"Y acercándose, tocó <strong>el</strong> féretro." Ni aun <strong>el</strong> contacto con<br />

la muerte podía contaminarle. Los portadores se pararon y<br />

cesaron los lamentos <strong>de</strong> <strong>las</strong> plañi<strong>de</strong>ras. Los dos grupos se<br />

reunieron alre<strong>de</strong>dor d<strong>el</strong> féretro, esperando contra toda<br />

esperanza. Allí se hallaba un hombre que había <strong>de</strong>sterrado<br />

la enfermedad y vencido <strong>de</strong>monios; ¿estaba también la<br />

muerte sujeta a su po<strong>de</strong>r?<br />

Con voz clara y llena <strong>de</strong> autoridad pronunció estas<br />

palabras: "Mancebo, a ti digo, levántate." Esa voz penetra<br />

los oídos d<strong>el</strong> muerto. El joven abre los ojos, Jesús le toma<br />

<strong>de</strong> la mano y lo levanta. Su mirada se posa sobre la que

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!