09.05.2013 Views

el_deseado_de_todas_las_gentes1.pdf (3 MB) - Webnode

el_deseado_de_todas_las_gentes1.pdf (3 MB) - Webnode

el_deseado_de_todas_las_gentes1.pdf (3 MB) - Webnode

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

978 EL DESEADO DE TODAS LAS GENTES<br />

había valido <strong>de</strong> estas características para vencerle.<br />

Precisamente antes <strong>de</strong> la caída <strong>de</strong> Pedro, Jesús le había<br />

dicho: "Satanás os ha pedido para zarandaros como a<br />

trigo; mas yo he rogado por ti que tu fe no falte: y tú, una<br />

vez vu<strong>el</strong>to, confirma a tus hermanos." (Lucas 22: 31, 32)<br />

Había llegado ese momento, y era evi<strong>de</strong>nte la<br />

transformación realizada en Pedro. Las preguntas tan<br />

apremiantes por <strong>las</strong> cuales <strong>el</strong> Señor le había probado, no<br />

habían arrancado una sola respuesta impetuosa o<br />

vanidosa; y a causa <strong>de</strong> su humillación y arrepentimiento,<br />

Pedro estaba mejor preparado que nunca antes para<br />

actuar como pastor d<strong>el</strong> rebaño.<br />

La primera obra que Cristo confió a Pedro al restaurarle<br />

en [753] su ministerio consistía en apacentar a los<br />

cor<strong>de</strong>ros. Era una obra en la cual Pedro tenía poca<br />

experiencia. Iba a requerir gran cuidado y ternura, mucha<br />

paciencia y perseverancia. Le llamaba a ministrar a<br />

aqu<strong>el</strong>los que fuesen jóvenes en la fe, a enseñar a los<br />

ignorantes, a presentarles <strong>las</strong> Escrituras y educar los para<br />

ser útiles en <strong>el</strong> servicio <strong>de</strong> Cristo. Hasta entonces Pedro no<br />

había sido apto para hacer esto, ni siquiera para<br />

compren<strong>de</strong>r su importancia. Pero ésta era la obra que<br />

Jesús le or<strong>de</strong>naba hacer ahora. Había sido preparado<br />

para <strong>el</strong>la por <strong>el</strong> sufrimiento y <strong>el</strong> arrepentimiento que había<br />

experimentado.<br />

Antes <strong>de</strong> su caída, Pedro había tenido la costumbre <strong>de</strong><br />

hablar inadvertidamente, bajo <strong>el</strong> impulso d<strong>el</strong> momento.<br />

Siempre estaba listo para corregir a los <strong>de</strong>más, para<br />

expresar su opinión, antes <strong>de</strong> tener una comprensión clara<br />

<strong>de</strong> sí mismo o <strong>de</strong> lo que tenía que <strong>de</strong>cir. Pero <strong>el</strong> Pedro<br />

convertido era muy diferente. Conservaba su fervor<br />

anterior, pero la gracia <strong>de</strong> Cristo regía su c<strong>el</strong>o. Ya no era<br />

impetuoso, confiado en sí mismo, ni vanidoso, sino sereno,

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!