EL QUIJOTE - Universidad de Castilla-La Mancha

CERVANTES, EDITOR DEL QUIJOTE
… muerta la orden de la andante caballería gozamos ahora en esta nuestra edad,
necesitada de alegres entretenimientos, no solo de la dulzura de su verdadera historia,
sino de los cuentos y episodios della, que en parte no son menos agradables y
artificiosos y verdaderos que la misma historia; la cual prosiguiendo su
rastrillado, torcido y aspado hilo, cuenta que… (Quijote, I, XXVIII).
Concretando, y antes de que se disperse nuestra atención en alguno de
los muchos aspectos sugerentes que ofrece la obra cervantina, haré
explícito que pretendo centrarme en el logro de Cervantes al establecer
una esencial “distante complicidad” que le permitiera (di)simular su
presencia como autor o como narrador, para ceder la voz y el
conocimiento narrativo a alguien interesado en que se cuente la
“verdadera historia” del hidalgo don Quijote. Con ello conseguiría en su
novela una faceta más novedosa que la sola deformación de muchos de los
convencionalismos del género de la novela de caballerías mediante la
ironía y la burla. Y el resultado fue que, con esa presencia ausente del
autor-narrador, en realidad, fue asumiendo progresivamente una clara
función de “editor” de la (propia) obra. En el discurso esto se concreta de
modo que, como lectores, conocemos la historia del ingenioso hidalgo a
través de la narración de un autor anónimo, primero, y después por el
detalle del contenido del manuscrito hallado –aunque sea evidente que ese
escrito es el pretexto para la referencia, la cita, la mención, la burla y el
comentario de la peculiar historia.
1.4. UN LECTOR EN BUSCA DE UN MANUSCRITO
La faceta de Cervantes editor se debe y se hace posible a la creación
de la figura de Cide Hamete Benengeli (a quien a partir de aquí llamaré
simplemente Benengeli) a quien se presenta como autor/cronista. Pero,
aunque mencionado como autor o cronista, en realidad su entidad en la
obra es poco más que un nombre y un pretexto para recibir alguna pulla en
referencia a su estilo 5 ; es el nombre que identifica al autor del manuscrito
que recoge parte de la historia del personaje. Es de notar lo de “parte”,
porque en la misma obra se habla, como sabemos, de más de un autor,
según el juego de complicidad narrativa que Cervantes comparte con sus
lectores. La presencia de Benengeli está anticipada implícitament en los
5 El hallazgo de esta personaje no es explotado en sus amplias posibilidades hasta la
Segunda Parte de 1615; será en esa Segunda Parte donde Cervantes haga uso
mucho más extensivo de él, como base para desdoblamientos múltiples del propio
autor, del narrador o de los mismos personajes. Como referente de la historia que se
cuenta dará flexibilidad a la articulación de los episodios y, dentro de ellos, a
aspectos pormenorizados para regocijo del lector y de los mismos personajes y del
narrador.
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