Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
1.2. El Antiguo Testamento<br />
Otra característica está relacionada con la forma de aludir y presentar<br />
el AT. Ya siendo cardenal prefecto de la Congregación para la Doctrina de<br />
la Fe, el entonces cardenal Ratzinger puso de manifiesto su interés por<br />
una adecuada presentación del AT, que afirmara a la vez la validez de la<br />
Biblia judía y de la interpretación cristiana. Así lo hizo el documento de la<br />
Pontificia Comisión Bíblica sobre la Biblia Judía publicado en 2001,<br />
documento prologado por él. Se lee en el nº 9 de nuestra encíclica: “La<br />
historia de amor de Dios con Israel consiste, en el fondo, en que Él le da la<br />
Torah, es decir, abre los ojos de Israel sobre la verdadera naturaleza del<br />
hombre y le indica el camino del verdadero humanismo. Esta historia consiste<br />
en que el hombre, viviendo en fidelidad al único Dios, se experimenta a<br />
sí mismo como quien es amado por Dios y descubre la alegría en la verdad<br />
y en la justicia; la alegría en Dios que se convierte en su felicidad esencial:<br />
«¿No te tengo a ti en el cielo?; y contigo, ¿qué me importa la tierra?... Para<br />
mí lo bueno es estar junto a Dios» (Sal 73 [72], 25. 28).” Bello y exacto<br />
resumen de lo que es la esencia de la Torá. “Más adelante, en el nº 12 se<br />
habla de “la íntima compenetración de los dos Testamentos como única<br />
Escritura de la fe cristiana: “La verdadera originalidad del Nuevo<br />
Testamento no consiste en nuevas ideas, sino en la figura misma de Cristo,<br />
que da carne y sangre a los conceptos: un realismo inaudito. Tampoco en el<br />
Antiguo Testamento la novedad bíblica consiste simplemente en nociones<br />
abstractas, sino en la actuación imprevisible y, en cierto sentido inaudita,<br />
de Dios”. Es decir, se reconoce que el AT no es un conglomerado de<br />
nociones abstractas sino un testigo de la acción salvadora imprevisible e<br />
inaudita de Dios, que encuentra su plenitud en la actuación de Jesús.<br />
Como es sabido, Marción, negó el valor del AT. Hoy día hay que evitar<br />
un marcionismo camuflado consistente en presentar al Dios del AT como<br />
el exigente legislador y justiciero, en contraposición al Dios de Jesús, que<br />
es amor y perdón. En ambos testamentos actúa el mismo Dios del amor y<br />
del perdón y por ello el amor tanto en el AT como en el NT no es simple<br />
mandato sino respuesta amorosa a Dios que primero nos ha amado.<br />
Como se dice en la Introducción (nº 1): “La fe cristiana, poniendo el<br />
amor en el centro, ha asumido lo que era el núcleo de la fe de Israel, dándole<br />
al mismo tiempo una nueva profundidad y amplitud. En efecto, el israelita<br />
creyente reza cada día con las palabras del Libro del Deuteronomio que,<br />
como bien sabe, compendian el núcleo de su existencia: «Escucha, Israel:<br />
44