Descargar PDF - Fondo Editorial del Caribe / Anzoátegui

considere la persona más indicada para remendar la capa de ozono.
Marcos teje las atarrayas con una impresionante destreza; la danza
laboriosa que ejecutan sus manos, junto a la enorme aguja de madera,
se vuelven una colmena de abejas que, con toda y la dulzura
que irradian, no son suficiente para evitar que broten sus ojos de
pulpo bajo el agua, y visiblemente alterado, acomode el sombrero
con fuerza sobre su cabeza y hable severa y gestualmente con lo que
teje, de tal forma que parece un marido angustiado, persuadiendo
en momentos de apuros, a una terca esposa. Algunos se atreven a
asegurar que se trata de un problema del tercer tipo.
Omaira es la piel del Neverí, en agosto; tiene el color y la fragancia
de los músculos del cedro y una mirada a la broaster que permite
deducir es acreedora de una cintura de 70 en la escala de Ritchter.
Asocia una simbiosis de exhuberancia, simpatía y sobre todo nobleza.
Al cruzar una esquina, después de ella, a los pocos segundos,
termina de pasar el resto del cuerpo. Servicial mujer que ha
encarnado la solidaridad de los alcatraces y ante quien conspiran
las madrugadas. Después del cantar de los gallos, Brito, su esposo,
suelta el que ella guarda en su garganta, razón por la cual, muy en
secreto, le llaman “la loba”.
Froilán es un cari-cari sin plumas; la calvicie le ha tallado un prepucio
sobre las cejas, de tal modo que en su imaginación copula con el
planeta, pues es de los que piensan que la tierra es una vulva, achatada
hacia los polos y abultada hacia el ecuador. Una imaginación
con exceso de bellos púbicos.
Las mentiras de Pancho Cueche son tan descomunales que han
llegado a ser consideradas piezas monumentales de la imaginación.
Según él, estando de cacería cerca de la Aduana del Rincón, observó
una manada de palomas turcas sobre un árbol de olivo; como le
quedaba una sola cápsula en la escopeta con la cual no habría cazado
una cantidad suficiente, le vino entonces la fantástica ocurrencia
de cortar el árbol y llevárselo, con toda la enorme manada de aves,
para su casa…¡vivas!
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