Descargar PDF - Fondo Editorial del Caribe / Anzoátegui

el alma de Nicomedes Patiño
Te canto este verso y me ciño
a las normas de la prosa
la mar tiñó de azul mi cariño
en el cual mi amanecer se posa
Eres mi sal y mi aliño
faro amigo, luz hermosa
donde quiera que estés, Nicomedes Patiño
En lo profundo de mi desvelo
soy, alcatraz amigo, playa espumosa
en cuyas orillas se asolea tu vuelo.
La atarraya sin plomos que fungía de velo sobre el monolito
de Ana Margarita, se fue despedazando; la cal que
cubría el cuerpo pétreo, desapareció. Ambas piedras,
torso y cabeza, se las tragó la arena. En su lugar está el
nueve de mangle frente al cual permanece, semienterrado
en la arena, el esqueleto del bote.
Aún colocan flores de trinitarias, caujaro, machete y
bora, los hijos de faena del Alcatraz Patriarca.
Aún encienden la lamparita de aceite de coco a los pies
de la imagen de la Virgen del Valle.
Aún miran el Morro de los Chivos, al llegar a la playa,
procurando traducir qué trae la mar.
Aún se ponen de pie sobre los peñeros, al pasar frente
al peñón donde en la tradición de sus memorias permanece
todavía, sin estar, La Piedra Escrita.
Aún…
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