De los granos de sal en los pequeños platos, que puso el anciano Pablo, siete están húmedos y uno de ellos, tanta agua tiene, que hasta se rebosó y gotea sobre la madera como si se tratase de treinta días a los que les aguardasen lágrimas; al ver el nombre <strong>del</strong> mes sobre la madera se lee: ¡ Junio! 62
Como el sanguinario Aldama Los gallos y la política lo habían hermanado con Luis Germán, quien a las seis de la mañana lo solicita en su domicilio familiar, acompañado por dos camiones y un jeep militares. Son civiles y uniformados, todos armados, que arengan a la población, en actitud resuelta, propia de quienes están resteados con las ideas y las convicciones firmes. —¡Viva el Movimiento 24 de Junio!—, grita el mayor Vivas, esta vez con uniforme de campaña. De los ojos juveniles e indignados y su voz de mando, explota otra exclamación —¡Abajo la entrega <strong>del</strong> país al imperialismo yankee!—, le hicieron coro quienes de pie, levantan fusiles y metralletas, a los cuales se suman más vehículos civiles y militares y por supuesto más jóvenes. Machú, impresionada y temblorosa, responde que no está su esposo en casa; le habla de la hospitalización por la lesión en el pie. Habló un cadáver en ese momento. La caravana, pequeña inicialmente y ahora considerablemente extensa, tomando en cuenta la razón <strong>del</strong> resuelto entusiasmo, prosigue rumbo al cuartel Freites, centro de la sublevación, que ya había tomado control de Emisoras Unidas, la única estación de radio en Barcelona, la planta generadora de electricidad y tratamiento de aguas, cuartel de policías, destacamento de la Guardia Nacional y Capitanía de puertos. En la radio se escuchan arengas, llamados a levantarse; denuncias de los atropellos que está llevando a cabo el gobierno contra la dignidad e intereses de la patria; de la entrega que está haciendo el gobierno, de las concesiones petroleras en la costa oriental <strong>del</strong> lago de Maracaibo, entonces, las reservas probadas de petróleo más cuantiosas <strong>del</strong> planeta.Del pacto que acordaron en Nueva York, Rómulo Betancourt, Jóvito Villalba y Rafael Caldera para que USA declare a Venezuela estado asociado. Se habla de un levantamiento en cadena, en el cual también participan las guarniciones militares de Cumaná, Carúpano, Maturín y Ciudad Bolívar y Puerto Cabello. 63
- Page 2 and 3:
Desde su creación, el Fondo Editor
- Page 4 and 5:
Gobierno del Estado Anzoátegui Gob
- Page 7:
A la sonrisa de Machú y tantas dam
- Page 10 and 11:
esto de sus noches que le quedan de
- Page 12 and 13: La tabla IS En la designación de l
- Page 14 and 15: El nueve de mangle Nicomedes Patiñ
- Page 16 and 17: La matrona de la mar Desacatando lo
- Page 18 and 19: sumatoria de las piedras alcanzaba
- Page 20 and 21: desfile verbal censura “Y”. El
- Page 22 and 23: cabezón, corporalmente desproporci
- Page 24 and 25: entre la nostalgia y el extravío d
- Page 26 and 27: Ay no me pidan que cante que no pue
- Page 28 and 29: que todo arrasan y han ofrecido otr
- Page 30 and 31: fecal e inesperado. La fiera, mucho
- Page 32 and 33: Stragliotta Con todo y que lo socor
- Page 34 and 35: de las poses mesiánicas, con la ve
- Page 36 and 37: no hay vestido que soporte el desho
- Page 38 and 39: extrañas circunstancias, para el m
- Page 40 and 41: desconecta y lanza los tanques de g
- Page 42 and 43: Un rayo doblado de luz El nombre de
- Page 44 and 45: El solar Son muchas casas con un so
- Page 46 and 47: Pancho Cueche “Cada quien según
- Page 48 and 49: En otra ocasión, agachado debajo d
- Page 50 and 51: envuelto en llamas caer en las inme
- Page 52 and 53: del cauce. Ningún fondo es bueno,
- Page 54 and 55: San Celestino ronda la plaza El l3
- Page 56 and 57: de l,80 del piso a la coronilla, ci
- Page 58 and 59: solo. —¡tráeme a Paula!—, fue
- Page 60 and 61: doce exponen los elementos adivinat
- Page 64 and 65: En los televisores se aborda tímid
- Page 66 and 67: La lección de los cangrejos A las
- Page 68 and 69: a quienes les han asesinado padres,
- Page 70 and 71: Canta la brisa en el trinar de páj
- Page 72 and 73: La Cruz de los Coléricos Muchos a
- Page 74 and 75: devorado por el ocaso. Quién sabe
- Page 76 and 77: el alma de Nicomedes Patiño Te can
- Page 80: adiós apaicuar crónica de un ayer