HANNAH ARENDT - Prisa Revistas
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Imposturas intelectuales<br />
Alan Sokal y Jean Bricmont<br />
Paidós, Barcelona, 1999<br />
Impostures intel.lectuals<br />
Editorial Empúries, Barcelona, 1999<br />
“Es evidente que, por lo que se refiere<br />
al significado, éste ‘se apodera’ de la<br />
subfrase, seudomodal, se refleja desde<br />
el objeto mismo que, como verbo, envuelve<br />
en su sujeto gramatical, y que<br />
hay un falso efecto de sentido, una resonancia<br />
del imaginario inducida por<br />
la topología, según que el efecto del<br />
sujeto cree un torbellino de aesfera<br />
[sic] o que lo subjetivo de este efecto<br />
se ‘refleje’ a partir de él” 1 .<br />
“Nos enfrentamos así a una alternativa:<br />
o bien rechazamos la teoría capitalista<br />
neotextual o concluimos que<br />
la narratividad es capaz de significación.<br />
En un cierto sentido, el sujeto es<br />
interpolado en una narrativa posdeconstructivista<br />
que incluye a la cultura<br />
como una realidad”.<br />
Hans Reichenbach, enfrentado<br />
a un texto tan vacío de<br />
contenido como el reproducido<br />
en el párrafo precedente,<br />
pero de harto más digno vuelo<br />
literario, discurría:<br />
“El estudiante de filosofía [o de filología,<br />
de sociología, o de cualquier<br />
otra especialidad aplicable en el caso<br />
que nos ocupa] no se disgusta generalmente<br />
con las formulaciones oscuras.<br />
Por el contrario, al leer el pasaje citado<br />
muy probablemente se convencerá de<br />
que debe ser culpa suya si no lo entiende.<br />
Por tanto, lo leerá una y otra vez<br />
hasta llegar a una etapa en que crea haberlo<br />
entendido. En ese punto le pare-<br />
1 Todas las citas proceden del libro<br />
de Sokal y Bricmont de la versión castellana<br />
de Paidós excepto cuando se especifique<br />
lo contrario. La versión francesa,<br />
Impostures Intellectuelles, fue publicada<br />
por ed. Odile Jacob, París, 1997. Asimismo,<br />
la versión inglesa, Intellectual Impostures,<br />
fue editada por Profile Books, 1998.<br />
FILOSOFÍA DE LA CIENCIA<br />
EL DISLATE COMO MÉTODO<br />
cerá obvio que ‘[hay una resonancia del<br />
imaginario inducido de la topología, según<br />
que el efecto del sujeto haga torbellino,<br />
etcétera]’. Se ha condicionado de<br />
tal modo a esta manera de hablar que<br />
llega a olvidarse de las críticas que haría<br />
un hombre menos ilustrado” 2 .<br />
El problema añadido es que<br />
si quien escribe lo incomprensible<br />
tiene el poder universitario, y<br />
quienes lo jalean, halagan y citan<br />
abundantemente, y son a su vez<br />
jaleados, halagados y citados,<br />
ocupan la cúpula de departamentos<br />
e institutos, más vale<br />
que el estudiante citado por Reichenbach,<br />
o el joven investigador<br />
que inicia su carrera, haga<br />
como que comprende, que valora<br />
altamente la profundidad de<br />
esos textos e intente escribir de la<br />
misma guisa si no quiere ser expulsado<br />
del sancta sanctorum<br />
académico. Y aunque no tenga,<br />
o no le preocupe, ese problema,<br />
se verá impulsado a seguir la corriente<br />
para no ser tildado de ignorante<br />
o reaccionario.<br />
El mundo del pensamiento<br />
ha estado siempre expuesto al<br />
peligro de contaminación por la<br />
superchería intelectual o la verborrea<br />
inane, pero desde hace<br />
unos años la situación creada<br />
por la escuela posmoderna en<br />
ciertas disciplinas a caballo entre<br />
las humanidades y las ciencias<br />
sociales se ha hecho verdaderamente<br />
alarmante. En el libro<br />
Imposturas intelectuales, Alan Sokal<br />
y Jean Bricmont se aplican,<br />
precisamente, a desenmascarar<br />
esa impostura en la obra de algunos<br />
de los más influyentes<br />
pensadores contemporáneos,<br />
2 Hans Reichenbach: Filosofía de la<br />
Ciencia. Fondo de Cultura Económica,<br />
México, 1953.<br />
CAYETANO LÓPEZ<br />
aquellos que generalmente se<br />
agrupan bajo el término posmodernismo,<br />
especialmente la escuela<br />
francesa y sus seguidores<br />
en todo el mundo. En realidad,<br />
lo que afrontan Sokal y Bricmont<br />
es sólo un aspecto de la<br />
farsa, la que se refiere al uso incorrecto,<br />
arbitrario o simplemente<br />
sin sentido, de términos<br />
y nociones científicas. Los autores,<br />
físicos en activo en las universidades<br />
de Nueva York y Lovaina,<br />
y con suficiente solvencia<br />
para enjuiciar el uso de esa terminología,<br />
demuestran hasta<br />
qué punto: a) esas nociones se<br />
manejan primordialmente para<br />
oscurecer los textos e impresionar<br />
a los inexpertos; y b) no sólo<br />
esos conceptos aparentemente<br />
científicos son utilizados sin el<br />
más mínimo rigor, lo que ya sería<br />
censurable, sino que en general<br />
carecen de sentido y no tienen<br />
la menor relación con los<br />
temas tratados. Sokal y Bricmont<br />
se declaran incompetentes<br />
para desentrañar otras posibles<br />
imposturas, aquellas que no están<br />
directamente relacionadas<br />
con el uso de terminología científica,<br />
pero no dejan de señalar<br />
que la ocurrencia de tales desafueros<br />
en cualquier obra de pensamiento<br />
permitiría conjeturar<br />
la existencia de otros muchos en<br />
otros aspectos de la misma. No<br />
hay más que observar, por otra<br />
parte, la extrema violencia gramatical<br />
con que los textos<br />
examinados están construidos,<br />
hasta el punto de resultar literalmente<br />
indescifrables, para sospechar<br />
de su supuesta profundidad<br />
(repásese, por ejemplo, el<br />
primer párrafo reproducido en<br />
este artículo).<br />
Alan Sokal es un físico con<br />
un perfil de izquierda-de-toda-<br />
la-vida indiscutible, que enseñó<br />
matemáticas en la Nicaragua<br />
sandinista y ha escrito interesantes<br />
ensayos sobre educación,<br />
aparte de sus propios trabajos<br />
de especialidad. Más adelante<br />
se verá por qué he remarcado<br />
su perfil político. Sokal piensa,<br />
por lo demás, lo mismo que la<br />
mayoría de los científicos que<br />
se han enfrentado alguna vez a<br />
uno de esos textos plagados de<br />
referencias seudocientíficas fuera<br />
de contexto y sin significación<br />
aprovechable alguna. La<br />
siguiente obra maestra de Félix<br />
Guattari puede ser un ejemplo<br />
de la acumulación, sin orden ni<br />
concierto ni sentido, de no menos<br />
de una docena de términos<br />
utilizados normalmente, con<br />
un significado bien definido y<br />
en un contexto igualmente<br />
bien definido, en las ciencias de<br />
la naturaleza:<br />
“Aquí se observa perfectamente<br />
que no existe ninguna correspondencia<br />
biunívoca entre los eslabones lineales<br />
significativos o de arqueo-escritura,<br />
según los autores, y esta catálisis<br />
maquinal multidimensional, multirreferencial.<br />
La simetría de escala, la<br />
transversalidad, el carácter pático no<br />
discursivo de su expansión: todas estas<br />
dimensiones nos llevan más allá de la<br />
lógica del tercio excluso y nos invitan<br />
a renunciar al binarismo ontológico<br />
que ya hemos denunciado anteriormente.<br />
Una disposición maquinal, a<br />
través de sus diversos componentes,<br />
arranca su consistencia franqueando<br />
umbrales ontológicos, umbrales no lineales<br />
de irreversibilidad, umbrales<br />
creativos ontogenéticos y de autopóiesis.<br />
Aquí se debería ampliar la noción<br />
de escala para poder pensar las simetrías<br />
fractales en términos ontológicos.<br />
Lo que atraviesan las máquinas<br />
fractales son escalas sustanciales”.<br />
Por lo demás, también muchosno-científicos-de-la-naturaleza<br />
piensan que semejante<br />
46 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA n Nº 92