epoca cismática - Autores Catolicos

“En los dos años anteriores un clima inhabitual
había arruinado parte de las cosechas y casado hambre
(no sólo en Francia); desde 1986, la apertura del
mercado a productos ingleses más baratos había causado
numerosas quiebras, aunque se esperaba beneficiosa a la
larga; y los agitadores explotaban la inquietud social.
El gobierno había pedido ayuda económica a la Iglesia,
que le fue negada (la Iglesia, como la nobleza, no
pagaba impuestos, pero tenía a su cargo la mayor parte
de la beneficencia e instrucción pública, y cada dos
años entregaba al Estado una considerable suma) (id 2).
“Además, se difundían doctrinas que cuestionaban el
orden tradicional. Así los Estados Generales podían
tener tanto efectos calmantes sobre la sociedad como lo
contrario”.
“La convocatoria originó una marea de agitación. Los
nobles querían debilitar la monarquía y recobrar su
viejo poder, y no faltaban entre ellos y el clero
personas con ideas revolucionarias, como también
ocurría con el tercer estamento, el popular o burgués.
Los monárquicos y el mismo rey mostraron una
autodeslegitimadora actitud claudicante, pronto
percibida por sus enemigos. (3).
“Los Estados Generales, se proclamaron Asamblea
Nacional soberana y constituyente” (4). “Era ya la
revolución”. Yo pondría la abyección, que es más
verdadera. Como lo fueron todas las herejías, y los
socialismo redentores que trajeron la muerte eterna.
Notas.
1-Posiblemente no deje de ser un afán de emulación ante
los Estados Unidos tan emergentes y triunfantes. Pero
los gringos estaban más incardinados en el planeta,
huidos de los regímenes totalitarismos nacidos del
protestantismo calivinista, por ejemplo. Cfr. El caso
Servet y la quema de brujas, hecho propio y timbrado
por el libre examen=antojadizo=caprichoso.
2.-Qué pena la ausencia de estos datos en la brillante
biografía de Zveig sobre María Antonieta. Lo mismo pasa
con Peter Berglar en su libro “Tomas Moro” cuando
pretende explicar las reclamaciones de reformas sobre
las posesiones de la Iglesia en Inglaterra en Enrique
VIII. Si supiera, -que no parece- cómo los nobles se
quedaron con todo, y las hambrunas que produjo ello.
(Cfr, María Jesús Pérez Martín: María Tudor, esta
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