epoca cismática - Autores Catolicos

El don divino al mundo de Dios
San Hilario, PL 10, 50.
“Nuestra alma si no recibe por la fe el Don que es
el Espíritu tendrá ciertamente una naturaleza capaz de
entender a Dios, pero le faltará la luz para llegar a
ese conocimiento. El Don de Cristo está todo entero a
nuestra disposición y se halla en todas partes pero se
da a proporción del deseo y de los méritos de cada uno.
Este Don está con nosotros hasta el fin del mundo; Él
es nuestro solaz en este tiempo de expectación”.
“Él nos ha enseñado a amar-Lo cuando antes que
nadie, nos ha amado hasta la muerte en la cruz. Por Su
amor y afectos suscita en nosotros el amor hacia Él,
que fue el primero en amarnos hasta el extremo”.
(Guillermo Abad, Sch 61, 90).
Reciprocidad
“Así es desde luego. Tú nos amas-Te primero para que
nosotros Te amáramos. No es que tengas necesidad de ser
amado por nosotros; pero nos habías hecho para algo que
no podíamos ser sin amar-Te”. (Guillermo abad, Sch 61,
90).
Expansión.
“Para Ti, Señor, hablar por medio de tu Hijo no
significa otra cosa que poner a meridiana luz, es
decir, manifestar abiertamente, cuánto y cómo nos amas-
Te, Tú que no perdonas-Te a tu propio Hijo, sino que Lo
entregaste por todos nosotros. Él también nos amó y Se
entregó por nosotros”. (Guillermo, Sch 61, 90).
Ilusión divina
“Tal es la Palabra que Tu nos dirigis-Te, Señor: El
Verbo todopoderoso, que, en medio del silencio que
mantendrían todos los seres –es decir, el abismo del
error-, vino desde el trono real de los cielos a
destruir enérgicamente los errores y a hacer prevalecer
dulcemente el amor”. (Guillermo, Sch 61, 90).
Autoría divina.
“Y todo lo que hizo, todo lo que dijo sobre la
tierra, hasta los oprobios, los salivazos y las
bofetadas, hasta la cruz y el sepulcro, no fue otra
cosa que la palabra que Tú nos dirigías por medio de Tu
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