epoca cismática - Autores Catolicos

HAGIOGRAFÍA
Tomás Moro sirve a Dios de modo heroico en medio de su
condición de hombre casado, inglés, ciudadano de ese
reino y primer ministro.
En la vida del gran santo Tomás Moro, Canciller
del Reino inglés se muestra la fortaleza de su amor a
Dios : heroísmo en mantener con honor el rumbo divino
de la libertad de servir a Dios (primero, ante todo), y
al rey, el Cesar si queréis. Aunque mejor sería decir:
servir a Dios en todo bien, y ya está. Fuera de ello
está el maquiavelismo, pero con un maquiavélico no se
puede ni tratar, le bastaría con que a él mismo le
aplicasen el mismo sistema engañoso para destruirlo y
entonces se avendrá al bien claro y cierto.
Prestó resistencia a secundar lo que el rey
pretende y que su propia razón juzga como pecado:
ponerse el rey como Papa para el reino de Inglaterra.
La obediencia es al bien, no al mal. Por lo cual a su
rey terrenal le hace saber la razón dada por el mismo
rey cuando a su servicio había entrado. “Esta
obligación su Alteza añadió a mi juramento, que debería
primero mirar a Dios y después de Dios a él rey; y me
es imposible pensar en un mandato más imperial o en una
lección más sabia que Rey alguno pueda dar a sus
consejeros o a cualquiera de sus otros servidores”.
Se ha de servir siempre a Dios, en lo de Dios y
también en todo lo terrenal, en lo prescrito por El y
en lo que hemos de descubrir como verdadero y bueno, y
justo.
Por esto vale la pena afrontar los deberes terrenales,
por ganar la vida eterna, por servir a Dios.
Pues este hombre de mundo afronta el paso de la
gloria pasando por la injusticia que imperó en las
autoridades civiles de su amada Inglaterra. Sin fe y
sin honor y sin principios, no somos nada de lo que
valga la pena hablar. Desde la Torre de Londres, preso
por la libertad de ser lo que debe ser, escribe a su
querida hija.
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