epoca cismática - Autores Catolicos

“Nunca he pedido a Dios que me saque de aquí, ni
que me libre de la muerte, sino que abandono el asunto
por entero a su sola Voluntad pues Él ve mejor por mi
bien que lo que yo mismo pueda ver”.
“Confío –sigue escribiendo- que Dios inspirará y
dirigirá el corazón del Rey de modo que no permita a su
noble y valiente corazón pagar mi leal corazón y
servicio con trato tan injusto y tan poco caritativo
solamente por disgusto de que no puedo pensar como
otros piensan. Pero viviré y moriré como verdadero
súbdito suyo, y rezaré por él aquí y en el otro mundo
también”.
La injusticia del Rey (y muchísimos alrededor) no
le llega a embadurnar el alma con el odio tenebroso
nacido el capricho humano. Él se mantiene allí donde el
cristiano ha de estar: en Dios mismo que es buen
pagador. De los hombres, –ni siquiera de uno mismo-,
hay muy poco que esperar.
Y procura fortaleza también para su hija
“El Padre del Cielo debe fortalecer tu fragilidad,
querida hija mía, -le dice dolido- y la fragilidad de
tu frágil padre también. Y jamás dudemos de que así lo
hará si no cesamos de suplicar-Le. Que Dios nos conceda
a ambos desconfiar de nosotros mismos y por entero
depender de la esperanza y de la fortaleza suya. Cuanto
más débil es el hombre, tanto mayor es la fortaleza de
Dios comprometido en ayudarle”.
ESCRITURA
“Ay de ti devastador nunca devastado; saqueador,
nunca saqueado. Cuando acabes de devastar te devastarán
a ti; cuando termines de saquear, te saquearán a ti”.
(Is 32).
PADRES
“Envió a su Hijo, que ilumina a todos los hombres,
para que viviera entre ellos y les manifestara los
secretos de Dios; Jesucristo, “hombre enviado a los
hombres, lleva a cabo la obra de la salvación que el
Padre le confió”. (D. V. 3-4).
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