epoca cismática - Autores Catolicos

ÉPOCA CISMÁTICA
Lema.-Gabriel muestra a María con la criatura que salva de los pecados (A) en
un reino sin fin (B) y así la recibe Isabel (C).
El pandemonium protestante
Bastaria para erradicarlo como un error diabólico,
completamente inhumano, absurdo, completamente
contradictorio, que imposibilita toda afirmación
coherente.
Basta con pensar la negación -que propala- de la
razón humana y su libertad; o sea, ni entendemos, ni
somos capaces de dirigirnos por nosotros mismos a algo.
Además, nuestra naturaleza es un completo pecado.
Seguir con esto es la simple locura, se puede decir
cualquier cosa y la contraria, y en realidad nada es ni
igual ni contrario a nada, todo es la propia confusión.
El protestantismo debe ceder y dejar la Biblia en manos
de los literatos, porque no sirve para otra cosa.
“Por otro lado, sobre esas bases, la interpretación
de las Escrituras(1). (...) Las cuestiones planteadas
por Lutero giran entorno a la salvación, expresión de
una ansiedad propia de la psique humana desde la noche
de los tiempos, expuesta de forma peculiar en el
cristianismo. El mundo, lleno de placeres y de penas
que fácilmente se transforman unos en otras, parece
arbitrario e injusto, flato de sentido, “un laberinto
de errores” como decía Pleberio, y el bien y el mal se
confunden. Una posibilidad racional sería considerar la
vida esencialmente injusta (2), por lo que el
restablecimiento de la justicia exigiría otra vida en
la cual los malvados tendrían el castigo y los buenos
el premio que este mundo les negaba. Pero salvación y
condena estaban predestinadas (en el pensamiento
luterano) y sólo Dios sabía quiénes se salvarían, punto
de vista arduo de conciliar con la necesidad de
predicar el Evangelio, y radicalmente angustioso.
Calvino, discípulo de Lutero, encontró cierta salida al
señalar unos indicios que permitían al individuo creer
en su pertenencia al grupo de los elegidos: una vida
austera, piadosa, y el éxito en las empresas económicas
u otras, permitirían intuir en esta vida la salvación
en la otra. El calvinismo ofrecía así un consuelo que
le ganó popularidad y expansión por varios países, en
disidencia de matiz con el luteranismo puro”. (Pio Moa:
Nueva Historia de España, c. 35). Esto no merece
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