epoca cismática - Autores Catolicos

Revelación divina a santa Catalina de Siena y los
pecados que conducen al Infierno.
“Hay tres pecados principales: el amor propio de
donde procede la vanagloria y la soberbia. De ésta nace
la injusticia, la crueldad y otras maldades y pecados
inmundos”.
El primer tormento que producen en el condenado
es el “verse privados de Mí. Ello es tan doloroso que
si fuera posible para no dejar de ver-Me eligirían el
fuego y atroces tormentos con tal de poder ver-Me”.
Este primer dolor conlleva el “dolor producido
por el gusano de la conciencia que constantemente roe
ya que por su propia culpa se ven privados de Mí y del
trato con los ángeles y se han hecho dignos del trato
con los demonios y de su visión”.
Fuera amor propio, hemos de poner al Señor en
nuestro corazón. Fuera soberbia por la que nos damos
aprecio desmedido a costa del menos-precio de la
presencia divina en nuestra alma en gracia.
Tomás Moro: Cartas desde la Torre.
Dice que “algunos padres de la Cartuja habían
viajado a Londres para obtener su consejo y dispuestos
para lo peor”. Toda la comunidad estaba dispuesta a
ello. Y cuando la sentencia era cosa de tres días
“hicieron todos una confesión general, pidieron perdón
unos a otros por todas las ofensas cometidas; y el
tercer día el prior cantó la Misa del Espíritu Santo
pidiendo consejo”.
San Luismaría Grignión de Montfort sobre la verdadera
devoción.
“Confieso que para ser verdadero devoto de
nuestra Señora no es absolutamente necesario ser tan
santo que se evite todo pecado aunque esto sería de
desear; pero sí es necesario a lo menos (nótese biEn lo
que voy a decir)”:
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