El consejo General de Educación

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Resolución 1810 /09 -CGE
La práctica profesionalizante en consecuencia tiene como objetivos:
Completar el desarrollo de las capacidades profesionales.
El proceso de desarrollo de las capacidades profesionales requiere, por sus
características, un doble cierre. Uno, en relación con lo aprendido al abordar
cada uno de los aspectos formativos, a fin de estimular la reflexión sobre las
interrelaciones entre los mismos y otro, a través del desempeño supervisado en
organizaciones reales.
Producir un acercamiento a las organizaciones reales.
Más allá de los objetivos antes expuestos, previo al otorgamiento de la
certificación profesional, resulta aconsejable proporcionar a los alumnos un
puente entre el ámbito escolar y el mundo real del trabajo.
Lograr una visión de la organización como un todo.
Si bien durante se habrá recurrido a actividades formativas tendientes a este
objetivo, el desempeño de uno o más puestos de trabajo en una organización
real produce necesariamente un replanteo y afirmación de lo aprendido.
Operar en ámbitos concretos de desempeño.
Dado que la formación debe tener permanentemente en vista los desempeños
complejos en situación de trabajo que forman parte del perfil profesional,
resulta indispensable comprobar el logro de las capacidades mediante
actividades en organizaciones reales.
La problemática abordada en su conjunto por la formación es la de la
participación en los procesos decisorios y actividades de las organizaciones,
conociendo y comprendiendo las interrelaciones entre los diferentes sectores y
actores y con los límites establecidos por el alcance y condiciones del ejercicio
profesional planteados en cada caso.
Esto implica una visión transversal de la organización que constituye un
elemento de suma importancia para distinguir la actividad del técnico como tal
de la mera ejecución de secuencias de trabajo más o menos rutinarias. Debe
tenerse presente que el técnico ha de basar su actuación en el reconocimiento,
análisis y resolución de las situaciones de trabajo que se le planteen
generando, de ser necesario, criterios adecuados para superar situaciones
cambiantes y para la elaboración de información adecuada en función de las
metas fijadas por la organización.
Esta actividad formativa debe ser cumplida por todos los estudiantes, con
supervisión docente, y la escuela debe garantizarla durante y a lo largo de la
trayectoria formativa.
Los ejemplos típicos de prácticas profesionalizantes en el área de gestión son:
la empresa simulada y la pasantía; la primera como instrumento que permite
cohesionar conocimientos y capacidades a lo largo de la cursada y la segunda
como acercamiento efectivo al desempeño laboral en organizaciones reales.
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