las obras de jonathan edwards volumen 1 - Iglesia Reformada
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En los testimonios <strong>de</strong> aquellos que la conocían bien, se manifestaba que:<br />
“Ella era notablemente amorosa, sumisa, hija obediente, y una amable y<br />
amorosa hermana,” “muy útil y servicial en la familia, y gustosamente<br />
trabajaba con sus propias manos”; muy amable y amigable con sus<br />
vecinos”, atenta con los enfermos, caritativa con los pobres, inclinada a<br />
simpatizar con los afligidos, y misericordiosa con los animales; y al mismo<br />
tiempo, respetuosa con los superiores, servicial con los iguales,<br />
con<strong>de</strong>scendiente y afable con los inferiores, y manifestaba sincera y buena<br />
voluntad a toda la humanidad. Cortés y suave en sus maneras, ella era<br />
también mo<strong>de</strong>sta, sin ostentación, y recatada; y mientras que ella sin<br />
variación alguna, se respetaba a sí misma, se ganaba el respeto <strong>de</strong> todos<br />
los que la conocían. A ella le gustaba todo lo que era honesto en el vestir,<br />
pero era contraria a todo lo que tuviera <strong>de</strong>masiados adornos y fuera<br />
llamativo. Amaba la paz, y procuraba renconciliar a aquellos que estaban<br />
en discordia; era <strong>de</strong>licadamente atenta con aquel<strong>las</strong> <strong>de</strong> su propio sexo, que<br />
eran menospreciadas por otras; recibía reproches con humildad, y les <strong>de</strong>cía<br />
a otros <strong>de</strong> sus heridas con tanta dulzura y fi<strong>de</strong>lidad, como para aumentar su<br />
estima y afecto para sí mismos. Ella <strong>de</strong>testaba todo engaño, y<br />
manipulación, y charlatanería, toda adulación y falsedad, y rechazaba<br />
completamente el asociarse con aquellos que manifestaban ese carácter.<br />
Ella era muy cuidadosa y selectiva <strong>de</strong> sus amista<strong>de</strong>s, y la más sincera y fiel<br />
para sus amigos---valoraba en gran manera sus afectos y <strong>de</strong>scubría los<br />
más profundos intereses para el bienestar <strong>de</strong> ellos. Su conversación y<br />
conducta indicaban extraordinaria inocencia y pureza <strong>de</strong> mente; y ella<br />
evitaba muchas cosas, que eran consi<strong>de</strong>radas correctas por <strong>las</strong> multitu<strong>de</strong>s<br />
ya que ella era estrictamente virtuosa. Durante su enfermedad ella no fue<br />
abandonada. Un día o dos antes <strong>de</strong> su final, ella manifestó una<br />
extraordinaria admiración por la gracia y misericordia <strong>de</strong> Dios, por medio <strong>de</strong><br />
Jesucristo hacia los pecadores y particularmente para ella, diciendo: “!es<br />
maravilloso, estoy sorprendida”¡. Una parte <strong>de</strong>l tiempo ella estaba<br />
<strong>de</strong>lirando, pero cuando su mente vagaba, parecía vagar hacia el cielo. Justo<br />
antes <strong>de</strong> su muerte, ella intentó cantar un himno titulado: “La Ausencia <strong>de</strong><br />
Cristo” y murió, en completa posesión <strong>de</strong> sus po<strong>de</strong>res racionales,<br />
expresando su esperanza <strong>de</strong> eterna salvación por medio <strong>de</strong> la sangre <strong>de</strong><br />
Cristo. Este primer ejemplo <strong>de</strong> la <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong> la muerte, en esta<br />
numerosa familia fue una prueba realmente difícil para todos sus miembros;<br />
y la dulzura con que ellos mantenían la memoria <strong>de</strong> la que había partido,<br />
probablemente solamente terminaría al morir ellos.<br />
La segunda hija <strong>de</strong>l Señor y la Señora Edwards, nació el día 16 <strong>de</strong>l<br />
siguiente Abril, y la nombraron Jerusha, por su hermana fallecida. En Julio<br />
<strong>de</strong> 1731, el Señor Edwards que estaba en Boston, predicó un sermón en<br />
una conferencia pública, titulado: “Dios se glorifica en la <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l<br />
Hombre” <strong>de</strong> 1ª <strong>de</strong> Corintios 1:29-30. “Que ninguna carne se gloríe en su<br />
presencia, más por el estáis vosotros en Cristo Jesús el cual nos ha sido<br />
hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y re<strong>de</strong>nción. Para que<br />
como está escrito, el que se gloría, gloríese en el Señor.” Fue publicado<br />
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