Joseph Conrad - Dirección General de Bibliotecas - Consejo ...
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y emocional <strong>de</strong>l lugar y <strong>de</strong>l momento. Tal llamado,<br />
para producir su efecto, <strong>de</strong>be ser una impresión<br />
transmitida a través <strong>de</strong> los sentidos; y no<br />
podría ser <strong>de</strong> otro modo, ya que el temperamento,<br />
el individual o el colectivo, no se halla sometido<br />
a la persuasión por las i<strong>de</strong>as. Todo arte ha<br />
<strong>de</strong> dirigirse en primer término a los sentidos, y<br />
una concepción artística que se expresa mediante<br />
la palabra escrita <strong>de</strong>be hacerlo <strong>de</strong> tal modo si<br />
su intención profunda es la <strong>de</strong> llegar a la fuente<br />
misma <strong>de</strong> las emociones. Deberá aspirar con<br />
toda su fuerza a la plasticidad <strong>de</strong> la escultura, al<br />
color <strong>de</strong> la pintura, a la mágica sugerencia <strong>de</strong> la<br />
música, que es el arte superior a todos. Y sólo<br />
mediante una atención incesante <strong>de</strong>l contorno y<br />
la sonoridad <strong>de</strong> la frase se podrá lograr la plasticidad<br />
y el color y podrá centellear, aun si fuese<br />
furtivamente, la luz <strong>de</strong> la sugerencia mágica en<br />
la superficie trivial <strong>de</strong> las palabras, <strong>de</strong> las pobres<br />
palabras caducas, fatigadas y <strong>de</strong>sfiguradas por<br />
siglos <strong>de</strong> uso negligente.<br />
Un esfuerzo sincero para llevar a buen fin esta<br />
obra creadora, para caminar por esta vía todo lo<br />
lejos posible para nuestras fuerzas y sin <strong>de</strong>jarse<br />
abatir por las vacilaciones, el cansancio o los<br />
reproches, es la única justificación vale<strong>de</strong>ra <strong>de</strong>l<br />
que trabaja en una obra <strong>de</strong> ficción. Y a aquellos<br />
que, en la plenitud <strong>de</strong> una sabiduría que busca<br />
un provecho inmediato, exigen que se les conforte,<br />
entretenga o se les dé ejemplo, o al menos que<br />
se les mejore, anime, asuste, violente o <strong>de</strong>leite, el<br />
escritor, si es <strong>de</strong> conciencia clara, <strong>de</strong>berá respon<strong>de</strong>r<br />
lo siguiente: "El fin que me propongo alcanzar,<br />
sin otra ayuda que la <strong>de</strong> la palabra escrita,<br />
es haceros sentir, compren<strong>de</strong>r y ver. Esto y solo<br />
esto, sencillamente. Si lo consigo, aquí encontraréis<br />
ánimo, consuelo, terror, <strong>de</strong>leite, todo lo que<br />
pue<strong>de</strong> complaceros, y acaso también ese atisbo<br />
<strong>de</strong> la verdad que no habríais pedido."<br />
Sorpren<strong>de</strong>r y captar una fase efímera <strong>de</strong> la<br />
vida en un momento <strong>de</strong> audacia sobre el curso<br />
implacable <strong>de</strong>l tiempo es tan solo el comienzo<br />
<strong>de</strong> la tarea. Emprendida ésta con ternura y con<br />
fe, estriba en mantener resueltamente, sin vacilación<br />
ni temores, en presencia <strong>de</strong> todos y a la luz<br />
<strong>de</strong> una actitud sincera, este fragmento <strong>de</strong> vida.<br />
Consiste en mostrar su vibración, su color y su<br />
forma, y, a través <strong>de</strong> su movilidad, su forma y su<br />
color, en revelar la sustancia misma <strong>de</strong> su verdad;<br />
en <strong>de</strong>scubrir el secreto evocador, la intensidad<br />
y la pasión que laten en el corazón <strong>de</strong> cada<br />
16<br />
MIOTECADt MÉXICO<br />
instante persuasivo. De modo que con el esfuerzo<br />
individual, y con un poco <strong>de</strong> <strong>de</strong>streza y <strong>de</strong><br />
suerte, se pue<strong>de</strong> a veces alcanzar una sinceridad<br />
tan perfecta que acaso la visión <strong>de</strong> dolor o <strong>de</strong><br />
piedad, <strong>de</strong> terror o <strong>de</strong> gozo, acabará <strong>de</strong>spertando<br />
en los lectores o espectadores el sentimiento <strong>de</strong><br />
una inquebrantable solidaridad, <strong>de</strong> esa solidaridad<br />
en los orígenes misteriosos, en el trabajo, en<br />
la alegría, en la esperanza, en el <strong>de</strong>stino incierto<br />
que une a todos los hombres entre ellos y con ^<br />
mundo en que habitan.<br />
Es evi<strong>de</strong>nte que quien se apegue a estas convicciones<br />
no pue<strong>de</strong> ser fiel a ninguna <strong>de</strong> las formas<br />
temporales <strong>de</strong> su arte. La parte dura<strong>de</strong>ra<br />
que conllevan -esa verdad que todas ellas dis<br />
muían imperfectamente- será para él la posesión<br />
más preciosa. Pero, realismo, romanticismo, naturalismo,<br />
y hasta ese sentimentalismo oficioso<br />
que, al igual <strong>de</strong> los mendigos, tan difícil es <strong>de</strong><br />
ahuyentar, todos esos dioses, al cabo <strong>de</strong> haber<br />
vivido algún tiempo en su compañía, tendrán<br />
que abandonarle, aunque sea en el umbral <strong>de</strong>l<br />
templo, cuando balbuce su conciencia y surge<br />
la percepción <strong>de</strong> las dificulta<strong>de</strong>s que presenta la<br />
tarea. En tal esforzada soledad la divisa <strong>de</strong>l arte<br />
por el arte pier<strong>de</strong> la sonoridad apasionada <strong>de</strong> su<br />
supuesta inmoralidad. Se la oye resonar a lo lejos,<br />
y pronto no será ya sino un grito, luego un<br />
suspiro incomprensible, pero quizá vagamente<br />
animador.<br />
A veces, <strong>de</strong>scansando a la sombra <strong>de</strong> un árb<br />
que bor<strong>de</strong>a el camino, observamos a lo lejos,<br />
un campo, la actividad <strong>de</strong> un labrador, y, al cal<br />
<strong>de</strong> un momento, nos preguntamos en qué se :<br />
Ha ocupado ese hombre. Observamos sus mov<br />
mientos corporales, el balanceo <strong>de</strong> sus brazos, y<br />
lo vemos encorvarse, erguirse, vacilar, comenzar<br />
<strong>de</strong> nuevo. El <strong>de</strong>leite <strong>de</strong> una hora <strong>de</strong> ocio ]<br />
<strong>de</strong> acrecentarse cuando se conoce el objeto <strong>de</strong><br />
su trabajo. Si sabemos que intenta levantar una<br />
piedra, abrir un foso, <strong>de</strong>sarraigar un tocón,<br />
tomamos más interés en sus esfuerzos, hasta i<br />
mitiremos que su agitación perturbe la quietud<br />
<strong>de</strong>l paisaje, y, a poco que nos sintamos en actitud<br />
fraternal, hasta llegaremos a disculpar su escaso<br />
éxito. Hemos comprendido su propósito y, <strong>de</strong>spués<br />
<strong>de</strong> todo este hombre ha hecho lo que ha<br />
podido: no es culpa suya si, por acaso, no tenía<br />
la fuerza o la <strong>de</strong>streza necesarias. Perdonanc<br />
seguimos nuestro camino y olvidamos.