<strong>Joseph</strong> Conidd en IS74 JOSÉ DE LA COLINA CONRAD Y LORD JIM
I Y recuerdo mi juventud y ese sentimiento que no volverá más: el sentimiento <strong>de</strong> que yo duraría eternamente, más que el mar y el cielo y todos los hombres... El misterioso oriente estaba ante mi, perfumado como una flor, silencioso como la muerte, sombrío como un sepulcro. ... nuestros rostros marcados por el trabajo, por las <strong>de</strong>cepciones, por el éxito, por el amor, y nuestros ojos cansados buscando aún, buscando siempre, buscando ávidamente arrancar a la vida ese algo que cuando todavía lo esperamos ya se ha disipado, ha pasado como un suspiro o como un relámpago y se ha ido con la juventud, con la fuerza corporal y con la novelesca seducción <strong>de</strong> las ilusiones. <strong>Joseph</strong> <strong>Conrad</strong>, Youth. Cuando, hace muchos años, el amigo colombiano Antonio Montaña se <strong>de</strong>spedía en una carta con la frase: "Tu hermano en <strong>Conrad</strong>", resumía el sentimiento <strong>de</strong> una entonces pequeña comunidad <strong>de</strong> lectores latinoamericanos que rendíamos culto a un gran<strong>de</strong> y querido escritor. Aquellas palabras eran como el eco <strong>de</strong>l prólogo <strong>de</strong>l mismo <strong>Joseph</strong> <strong>Conrad</strong> a El negro <strong>de</strong>l "Narcissus": el artista, léase el novelista, "habla a nuestra capacidad <strong>de</strong> alegria y admiración, se dirige al sentimiento <strong>de</strong>l misterio que ro<strong>de</strong>a a nuestras vidas, a nuestro sentido <strong>de</strong> la piedad, la belleza y el dolor, al sentimiento que nos vincula con toda la creación; y a la convicción sutil pero invencible <strong>de</strong> la solidaridad que une la soledad <strong>de</strong> iimumerables corazones: a esa solidaridad en los sueños, en el placer, en la tristeza, en los <strong>de</strong>seos, en las üusiones, en la esperanza y el temor, que relaciona a cada hombre con su prójimo y reúne a toda la humanidad, los muertos con los vivos, y los vivos con aquellos que habrán <strong>de</strong> nacer". Los conradianos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los años cincuenta, los que comenzamos leyendo a <strong>Conrad</strong> en las pulcras traducciones al español <strong>de</strong> Ricardo Baeza y <strong>de</strong> otros en aquellos I I I I I I ENTIBEI <strong>Conrad</strong>, Sesquicentenario. Ernesto <strong>de</strong> la Peña, Homenaje. <strong>Joseph</strong> <strong>Conrad</strong> (1857-1924) es hoy, en todo el mundo, a <strong>de</strong>ntó cincuenta años <strong>de</strong> su nacimiento, uno <strong>de</strong> los más admirados, leídos y celebrados novelistía <strong>de</strong> la historia. El incomparable y po<strong>de</strong>roso estilo <strong>de</strong>l narrador, <strong>de</strong> origen polaco pero <strong>de</strong> lengua inglesa, ha <strong>de</strong>slimibrado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el principio a tal número <strong>de</strong> lectores, <strong>de</strong> autores, <strong>de</strong> críticos, o cineastas en el siglo XX, que las páginas escritas sobre él [es el caso <strong>de</strong> los legendarios <strong>de</strong> todos los tiempos] ocuparían reunidas incontables volúmenes. Convertido en escrítor británico a edad madura, y tardio aprendiz <strong>de</strong> la lengua inglesa, nunca poseyó, como lo atestiguan sus contemporáneos, sus familiares y sus biógrafos, una dicción perfecta en ese idioma, y su fuerte acento eslavo no <strong>de</strong>sapareció nunca, pero la pureza, la ampütud y la musicaUdad <strong>de</strong> su brillante prosa británica, tan I to como su genio <strong>de</strong> inventor, fueron <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el principio indiscutibles. Hombre verda<strong>de</strong>ramente <strong>de</strong> mar ("lleva el mar en la sangre", <strong>de</strong>cía un polaco amigo suyo), como su pre<strong>de</strong>cesor norteamericano Herman MelviUe (1819¬ 1891), conoce en carne propia, I <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la juventud, la vida, las atmósferas y los personajes propios <strong>de</strong> la marinería y la navegación, tanto como convive con los hombres <strong>de</strong> mar, <strong>de</strong> todas las jerarquías, que emplea directamente para mo<strong>de</strong>lar y reinventar sus imponentes personajes <strong>de</strong> Tiffon, <strong>de</strong> El negro <strong>de</strong>l Narcissus, <strong>de</strong> Nostramo, <strong>de</strong> Lord Jim y tantos otros clásicos libros. No
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to. Cuando menos dos veces al año,
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sus pesquisas familiescas todos aqu
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familiares y demás. Pero descubri
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