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GEO Chile 2005.pdf - Programa de Naciones Unidas para el Medio ...

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consecuente extinción local <strong>de</strong> las mismas y empobrecimiento <strong>de</strong> la<br />

biota que se preten<strong>de</strong> conservar (Simonetti & M<strong>el</strong>la, 1997). Tercero,<br />

las unida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l SNASPE son invadidas por especies exóticas y son<br />

usadas como fuente <strong>de</strong> recurso por pobladores locales. Esto ocurre,<br />

entre otros factores, por imprecisiones al establecerse o <strong>de</strong>limitarse<br />

las áreas protegidas, y la falta <strong>de</strong> recursos <strong>para</strong> un efectivo control y<br />

<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> alternativas <strong>para</strong> <strong>el</strong> uso <strong>de</strong> recursos naturales por los<br />

pobladores locales (Araya & Cunazza, 1992). Mientras las especies<br />

introducidas, incluyendo ganado doméstico, pue<strong>de</strong>n afectar negativamente<br />

la regeneración <strong>de</strong> las especies protegidas, al consumir sus frutos<br />

o brotes tiernos, por ejemplo, la extracción <strong>de</strong> leña por pobladores<br />

locales pue<strong>de</strong> afectar la <strong>de</strong>mografía y sobrevivencia <strong>de</strong> las especies<br />

arbóreas protegidas (e.g., Simonetti, 1998b; Henríquez & Simonetti,<br />

2001). Si las áreas silvestres protegidas se han <strong>de</strong> consolidar como<br />

una sólida herramienta <strong>de</strong> conservación <strong>de</strong> la biodiversidad nacional,<br />

su gestión <strong>de</strong>bería incluir tanto las variables biológicas como sociales<br />

a fi n <strong>de</strong> representar toda la biota, mantener poblaciones viables y contar<br />

con <strong>el</strong> apoyo <strong>de</strong> las comunida<strong>de</strong>s aledañas (Simonetti, 1998b).<br />

La limitada representatividad <strong>de</strong> especies y ecosistemas en <strong>el</strong> SNASPE<br />

ha sido progresivamente abordada a partir <strong>de</strong> distintos talleres <strong>de</strong> expertos<br />

<strong>de</strong>stinado a s<strong>el</strong>eccionar áreas prioritarias <strong>para</strong> su conservación<br />

en función <strong>de</strong> su riqueza biológica (Muñoz et al., 1996), algunos <strong>de</strong><br />

los cuales efectivamente se han incorporado al SNASPE en los últimos<br />

años, tales como la Reservas Nacionales Altos <strong>de</strong> Lircay y Los<br />

Queules. A su vez, en los últimos tres años se han creado oficialmente<br />

las primeras áreas protegidas marinas que son Punta Morro-Desembocadura<br />

Río Copiapó (III Región), Las Cruces (V Región) y Francisco<br />

Coloane (XII Región). Actualmente se trabaja en <strong>el</strong> establecimiento <strong>de</strong>l<br />

área protegida marina Lafken Mapu Lahual, en la X Región.<br />

A<strong>de</strong>más, la cobertura <strong>de</strong>l SNASPE pue<strong>de</strong> complementarse con <strong>el</strong> <strong>de</strong>sarrollo<br />

<strong>de</strong> áreas silvestres protegidas <strong>de</strong> propiedad privada. En efecto,<br />

la Ley <strong>de</strong> Bases <strong>de</strong>l <strong>Medio</strong> Ambiente Artículo 35, Párrafo 4É, Título II<br />

indica que <strong>el</strong> Estado incentivará la creación <strong>de</strong> áreas silvestres protegidas<br />

privadas. No obstante <strong>el</strong> reglamento que hace operativo este<br />

artículo, a pesar <strong>de</strong> estar aprobado oficialmente, aún no entra en vigencia.<br />

En consecuencia, todavía no se dispone <strong>de</strong> incentivo alguno<br />

<strong>para</strong> adquirir, crear y mantener áreas protegidas en terrenos privados.<br />

No obstante, las áreas protegidas privadas han tenido un notorio <strong>de</strong>sarrollo<br />

en los últimos años, como se <strong>de</strong>talla más a<strong>de</strong>lante. La <strong>de</strong>dicación<br />

voluntaria <strong>de</strong> tierras <strong>para</strong> la conservación, como expresión <strong>de</strong><br />

fi lantropía ambiental, <strong>de</strong>bería fortalecerse mediante incentivos apropiados<br />

<strong>de</strong> diversa índole (e.g., Villarro<strong>el</strong>, 2001). La falta <strong>de</strong> recursos<br />

<strong>para</strong> adquirir nuevas tierras e incorporarlas al SNASPE, hace que la<br />

cooperación público-privada <strong>para</strong> la conservación <strong>de</strong> la biodiversidad<br />

sea una estrategia necesaria y viable en <strong>el</strong> país.<br />

Des<strong>de</strong> la perspectiva <strong>de</strong> complementar la función <strong>de</strong>l SNASPE <strong>de</strong>ben<br />

<strong>de</strong>stacarse en especial los esfuerzos tendientes a la creación <strong>de</strong> áreas<br />

protegidas <strong>de</strong> diferente naturaleza como se refleja en algunas ERB. Un<br />

caso es, por ejemplo, <strong>el</strong> <strong>de</strong> la VIII Región <strong>de</strong>l Bío-Bío, don<strong>de</strong> la ERB ha<br />

puesto especial énfasis en la protección <strong>de</strong> áreas naturales <strong>de</strong> propiedad<br />

<strong>de</strong> empresas forestales en un paisaje actualmente dominado por<br />

plantaciones <strong>de</strong> especies exóticas. Lo mismo ocurre con la protección<br />

<strong>de</strong> las cuencas que abastecen <strong>de</strong> agua potable a gran<strong>de</strong>s ciuda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l<br />

sur <strong>de</strong>l país –incluyendo a Concepción, Temuco y Valdivia– incorporadas<br />

en las respectivas ERB y <strong>para</strong> las cuales se están diseñando las<br />

figuras y mecanismos más apropiados <strong>de</strong> protección y manejo. Estos<br />

ejemplos representan avances en términos <strong>de</strong> acciones <strong>de</strong> conservación<br />

<strong>de</strong> forma más integrada con lo que ocurre a niv<strong>el</strong> <strong>de</strong> paisaje.<br />

Finalmente, cabe mencionar que los sitios prioritarios <strong>para</strong> la<br />

conservación i<strong>de</strong>ntificados en las respectivas ERB han comenzado<br />

por primera vez a ser consi<strong>de</strong>rados en instrumentos <strong>de</strong> planificación<br />

territorial. Este es <strong>el</strong> caso, por ejemplo, <strong>de</strong> los Planes Regionales<br />

<strong>de</strong> Desarrollo Urbano (PRDU), que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>el</strong> año 2004 comenzaron<br />

a incorporar entre las categorías recomendadas <strong>de</strong> uso <strong>de</strong>l su<strong>el</strong>o la<br />

protección <strong>de</strong> los sitios prioritarios <strong>para</strong> la conservación. Avances<br />

similares se han registrado a niv<strong>el</strong> <strong>de</strong> los Planes Comunales <strong>de</strong><br />

Or<strong>de</strong>namiento Territorial (PCOT). Si bien ni los PRDU ni los PCOT<br />

son vinculantes en r<strong>el</strong>ación a los usos <strong>de</strong>l su<strong>el</strong>o que recomiendan<br />

<strong>para</strong> las zonas rurales, la mención en estos instrumentos <strong>de</strong> los sitios<br />

prioritarios <strong>de</strong> las ERB es un primer paso <strong>de</strong>stacable. No obstante, en<br />

materia <strong>de</strong> planificación territorial <strong>para</strong> la conservación los vacíos y<br />

<strong>de</strong>safíos <strong>de</strong>l país siguen siendo mayores.<br />

4.3.4.2 Áreas protegidas privadas<br />

El primer catastro <strong>de</strong> áreas protegidas privadas (APPs) en <strong>Chile</strong> fue<br />

realizado en 1997 por CIPMA (Sepúlveda 1998). Entonces se registraron<br />

39 APPs que cubrían cerca <strong>de</strong> 400 mil hectáreas. Un catastro<br />

reciente realizado por Co<strong>de</strong>ff a solicitud <strong>de</strong> la CONAMA estima en más<br />

<strong>de</strong> 300 las APPs existentes actualmente en <strong>el</strong> país, con una cobertura<br />

cercana a 1.400.000 hectáreas (Maldonado & Faún<strong>de</strong>z, 2005). Esta<br />

última cifra no da cuenta <strong>de</strong> la enorme gama <strong>de</strong> APPs creadas espontáneamente<br />

en <strong>Chile</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> comienzos <strong>de</strong> los años 90, ni <strong>de</strong> la diversidad<br />

<strong>de</strong> motivaciones <strong>de</strong> sus gestores. De acuerdo a los resultados<br />

finales <strong>de</strong> un proyecto realizado por CIPMA, sólo en la Décima Región<br />

existirían cerca <strong>de</strong> 150 APPs, <strong>de</strong> tamaño predominantemente pequeño<br />

y mediano (Sepúlveda 2001, 2002a, Villarro<strong>el</strong> 2001; Sepúlveda et al.<br />

2003). Entre los tipos más frecuentes <strong>de</strong> propietarios <strong>de</strong> APPs se encuentran<br />

los gestores individuales, las comunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> conservación<br />

y los proyectos ecoinmobiliarios (Sepúlveda 1998). Destaca que entre<br />

los gestores <strong>de</strong> APPs las empresas tienen una participación menor en<br />

r<strong>el</strong>ación a los gestores dominantes (Sepúlveda 1998, Maldonado &<br />

Faún<strong>de</strong>z, 2005). Respecto a la motivación, la principal es un sentido<br />

<strong>de</strong> custodia <strong>de</strong> la naturaleza, fenómeno ya <strong>de</strong>scrito en países <strong>de</strong>sarrollados<br />

con <strong>el</strong> concepto <strong>de</strong> land stewardship (Langholz et al. 2000).<br />

Entre <strong>el</strong> año 2000 y 2003 CIPMA <strong>el</strong>aboró criterios y procedimientos<br />

<strong>para</strong> <strong>el</strong> reconocimiento <strong>de</strong> tres APPs <strong>de</strong>mostrativas por parte <strong>de</strong><br />

la CONAF. Este trabajo fue un insumo clave <strong>para</strong> la <strong>el</strong>aboración <strong>de</strong>l<br />

Reglamento <strong>de</strong> Áreas Silvestres Protegidas Privadas en 2004, texto<br />

que posibilita la puesta en práctica <strong>de</strong>l artículo 35 <strong>de</strong> la Ley <strong>de</strong> Bases<br />

<strong>de</strong>l <strong>Medio</strong> Ambiente y que crea la figura legal <strong>de</strong> las APPs en <strong>Chile</strong>.<br />

Debido a dificulta<strong>de</strong>s jurídicas <strong>de</strong>rivadas <strong>de</strong> la ley que crea <strong>el</strong> SNASPE<br />

y a la inexistencia <strong>de</strong> un marco legal actualizado <strong>para</strong> la institucionali-<br />

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INFORME PAÍS • ESTADO DEL MEDIO AMBIENTE EN CHILE • 2005<br />

INFORME PAIS cesar.indd 159 13/09/2006 12:52:50<br />

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