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Mª Eugenia Claps y Pedro Pérez (Coords). Fiscalidad, medio ambiente…<br />

(IELAT – Diciembre 2011)<br />

también caducaba su mando como Jefe de los Ejércitos aliados. ¿Qué arbitrios deben<br />

emplearse para remediar o salvar este vacío, este hecho fatal que el transcurso del tiempo<br />

ha producido? Por último, señalaba a la elección del nuevo Presidente como otra causa que<br />

prolongaba la guerra. El país tiene necesariamente que desconfiar de una presidencia que<br />

inicia sus tareas bajo los auspicios de una guerra desautorizada. La nueva presidencia<br />

sería estéril si tiene que llevar sobre sus hombros el pesado lote de la guerra exterior. 168<br />

La postura oficial negaba la situación bélica hasta el absurdo, como el Ministro de Guerra<br />

que a mediados de 1868, cuando la guerra ya había consumido 17 millones de pesos de<br />

empréstitos explicaba que hasta ahora sólo se han arrojado recursos ordinarios a la<br />

guerra, no ha sido necesario recurrir al crédito. La guerra no es tan onerosa y destructora<br />

como se la quiere pintar. Puedo probar que no es tan inmenso el material de la guerra que<br />

no se ha perdido, ni tampoco más de 2.000 hombres. Las pérdidas no son para aterrorizar<br />

a nadie, en ocho días de cólera se ha perdido mucha más gente que en dos años de<br />

guerra. 169 Al respecto, Montes de Oca replicó que el cólera es uno de los tantos azotes que<br />

la misma guerra del Paraguay nos ha traído.<br />

Asimismo, denunció el gran fraude del que había sido cómplice el gobierno ya que hacía 20<br />

meses que el ejército estaba impago. Mediante un convenio con el Banco de Corrientes, el<br />

ejército debía recibir sus remuneraciones. Pero los billetes de dicho banco tenían un gran<br />

descuento en el mercado, debido a la difícil cuestión de la diversidad monetaria en el país<br />

hasta las postrimerías del siglo XIX. Por ello, el banquero, Cabral, cobraba los libramientos<br />

correspondientes en Buenos Aires, pero el ejército recibía un valor inferior. Un negociante<br />

explotando la situación dolorosa de la República es el que gana y el ejército el que pierde.<br />

El gobierno no debe pagar a los altos funcionarios de la Administración, aquellos que<br />

tienen los grandes sueldos, aquellos que son verdaderamente favorecidos y dejar sin pagar<br />

a los pobres soldados a los que sacrifican La guerra que debía durar tres meses ha durado<br />

ya tres años. 170<br />

Un año más tarde, el presidente Sarmiento asumía los errores de la anterior administración<br />

y pagaba las deudas al ejército. Todas las deudas con Londres y Banco de Buenos Aires se<br />

han atendido. El ejército estaba impago desde hacía varios meses, el erario exhausto y el<br />

crédito debilitado. Hoy el gobierno nacional goza del mayor crédito, se ha perseguido el<br />

168 DSD 1.6.1868 p. 35 Montes de Oca<br />

169 Ibid p. 38 Ministro de Guerra<br />

170 DSD 27.5.1868 p. 23<br />

Instituto de Estudios Latinoamericanos – Universidad de Alcalá |<br />

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