Untitled - codhem
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A FONDO<br />
48<br />
postura intermedia entre ambas, Piaget<br />
y Kolhberg son los autores más representativos<br />
de esta corriente.<br />
Para responder a los cuestionamientos<br />
acerca de lo que significa la moralidad<br />
y cómo se origina, se han creado diferentes<br />
teorías que pretenden explicar el<br />
desarrollo moral.<br />
Barba 15 señala que son tres las orientaciones<br />
teóricas que destacan en el<br />
estudio del desarrollo de la moralidad:<br />
psicoanalítica, del aprendizaje social y la<br />
cognitivo-evolutiva.<br />
Percepción psicoanalítica. Está sustentada<br />
esencialmente en el trabajo de<br />
Freud. Para él la formación y evolución<br />
de la moralidad están ligadas a la concepción<br />
de la personalidad, que se integra<br />
por tres fases: el ello, el yo (ego) y<br />
el superyó (superego).<br />
El ello simboliza los impulsos instintivos,<br />
el lugar donde residen los procesos primarios<br />
de pensamiento. El yo es la segunda<br />
instancia de la personalidad, que<br />
sirve para autorregularse, es resultado<br />
de procesos secundarios de pensamiento<br />
que sirven para mantener control<br />
sobre el ello, su formación tiene lugar<br />
de manera lenta y gradual de acuerdo<br />
al proceso de crecimiento y maduración<br />
que tiene el niño. La tercera fase<br />
es el superyó, cuyo cometido es impedir<br />
determinadas acciones con base en<br />
normas impuestas al niño por otras personas:<br />
en un principio sus padres, maestros<br />
y otros individuos adultos más.<br />
Son estas fuerzas sociales las que impelen<br />
al menor a adaptarse al entorno en<br />
que vive, así, el desarrollo de la moralidad<br />
o moralización se traduce en un<br />
procedimiento que da pauta para interiorizar<br />
normas culturales, que encauzan<br />
la irracionalidad del individuo con<br />
objeto de preservar el bienestar individual<br />
y colectivo.<br />
Dado que el superyó se integra durante<br />
la infancia, en esta etapa tiene lugar la<br />
formación de la moral. A este respecto,<br />
la culpa y la conciencia tienen un papel<br />
trascendente como elementos de equilibrio<br />
y cohesión social.<br />
Freud señala que es conveniente un óptimo<br />
autocontrol mediante la racionalidad,<br />
en cierta forma, la represión favorece<br />
el equilibrio del aparato psíquico,<br />
puesto que nivela el conflicto entre la<br />
autonomía individual y las restricciones<br />
sociales.<br />
Aprendizaje social. En esta teoría, el desarrollo<br />
moral es entendido como un<br />
“control internalizado de conducta”, “un<br />
efecto de lo social (ambiente) en la formación<br />
de la experiencia individual” 16 .<br />
Considera que las formas básicas de los<br />
procesos de aprendizaje social son 6:<br />
El refuerzo. Entendido como premio o<br />
por los resultados favorables a un comportamiento.<br />
Es una suerte de adiestramiento,<br />
que mientras más atractivo sea el<br />
refuerzo, mayor poder de reafirmación<br />
tendrá. Algunos comportamiento que<br />
son aprendidos de esta forma son: saludar,<br />
no interrumpir, pedir algo, etcétera.<br />
La observación y la imitación. Imitar es<br />
reproducir conductas antes observadas,<br />
por lo tanto, al presentarse la observación<br />
de un modelo de conducta, se<br />
hace posible una repetición interna de<br />
dicho proceder conducta, lo que da pie<br />
para la imitación. Este proceso se ejemplifica<br />
con: el pensamiento en voz alta,<br />
el juego de papeles, entre otros.<br />
15<br />
Barba, José Bonifacio. Op. cit. p. 76 y siguientes.<br />
16<br />
Ibidem, pp. 83-86.<br />
JULIO-SEPTIEMBRE 2008