Untitled - codhem
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A FONDO<br />
60<br />
fortuna- estriban en que la naturaleza<br />
del Organismo urge que cada inconformidad,<br />
cada petición, cada revelación<br />
que surge día con día, sea tratada con<br />
la suficiente premura y humanidad que<br />
necesita, y es por ello que la actuación<br />
de la Comisión alterna de forma muy<br />
equilibrada inmediatez y hondura que<br />
se ajusta en cada caso particular a lo que<br />
las personas demandan.<br />
Llegado este punto, el propio conglomerado<br />
de Recomendaciones surgidas<br />
durante quince años de existencia de<br />
nuestro Organismo, invita a una auténtica<br />
reflexión que no puede ser abarcada<br />
en unas cuantas líneas; ni siquiera si<br />
me refiero de manera exclusiva a las dirigidas<br />
al sector de la enseñanza pública<br />
en la entidad. Qué decir del número de<br />
quejas que la Comisión recibe en este<br />
ramo.<br />
III. ¿QUÉ GENERA CORRUPCIÓN<br />
EN LA INTEGRIDAD DE UN NIÑO<br />
EN LOS CENTROS EDUCATIVOS<br />
Krishnamurti nos dice que la integridad<br />
no puede ser dividida ni es auto contradictoria.<br />
La corrupción de la integridad<br />
tiene lugar cuando la autoridad comienza<br />
a ejercer presión y a deformar la verdad.<br />
Comienza negando la libertad para<br />
después aplicar los factores deformantes<br />
de la corrupción que terminan por<br />
moldear la conducta de las personas: la<br />
imitación, la comparación, la conformidad,<br />
y la obediencia son los principios<br />
básicos que utiliza la autoridad para<br />
producir la ruptura de la integridad.<br />
Así, cuando un estudiante es comparado<br />
con otro, ambos son lastimados; si<br />
el niño no imita los patrones o directrices<br />
educativas, el docente someterá al<br />
alumno sin importar que en ese ejercicio<br />
abuse o se exceda física y emocionalmente.<br />
En todas las escuelas, la disciplina<br />
se ha convertido en el catalizador<br />
de la mente y sus actividades, por tanto,<br />
los movimientos sociales y en especial<br />
el auge de los derechos humanos ha<br />
provocado reacciones contra cualquier<br />
clase de control, restricción o moderación.<br />
Lamentablemente el respeto a la<br />
dignidad humana se ha confundido con<br />
permisividad, impudicia y el enfoque<br />
desproporcionado de los valores sensorios.<br />
Ahora nadie respeta a nadie, tal<br />
parece que se ha perdido toda forma<br />
de dignidad personal e integridad profunda.<br />
La integridad es respetada si el docente<br />
comprende desde el principio la responsabilidad<br />
y grandeza de su profesión,<br />
porque sólo cuando el educador<br />
mismo siente la dignidad y el respeto<br />
implícito en su trabajo, se da cuenta<br />
de que la enseñanza es algo más que<br />
un medio para ganarse la vida; percibe<br />
por sí mismo que la convivencia diaria<br />
con sus alumnos producirá el discernimiento<br />
de las cosas. Y es precisamente<br />
en el seno educativo donde la integridad<br />
debe nutrirse, porque fuera de él<br />
la persona encontrará las más infames<br />
prácticas, deshonestidad, corrupción,<br />
brutalidad y la insensibilidad más absoluta.<br />
Si las problemáticas que laceran<br />
de manera sensible el tejido social son<br />
producidas por el docente el daño es<br />
devastador, la libertad psicológica del<br />
estudiante y de él mismo se destruyen<br />
por completo, la violencia germina para<br />
prolongar el caos.<br />
¿Cuál es el propósito de la educación<br />
La pregunta lanzada al aire nos envuelve<br />
a todos, nos exige y requiere de<br />
verdad. Sin respeto a la vida humana,<br />
el conocimiento sólo conduce a la destrucción<br />
y la miseria. La educación no<br />
puede ser un instrumento de control<br />
ni puede fincarse en el castigo, porque<br />
este hecho acabará siendo más signifi-<br />
JULIO-SEPTIEMBRE 2008