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Bibliografía<br />
VALOR Y HEROÍSMO: II CENTE-<br />
NARIO DE LA REAL Y MILITAR OR-<br />
DEN DE SAN FERNANDO. Joaquín<br />
Puig de la Bellacasa y Alberola (director<br />
científico), Juan Álvarez Abeilhe,<br />
José Luis Isabel Sánchez, José<br />
Luis Sampedro Escolar, Jesús Martínez<br />
de Merlo y Luis Sorando Muzás.<br />
Volumen de 216 páginas de 24.3x30<br />
cm. Ministerio de Defensa, Real y Militar<br />
Orden de San Fernando y San<br />
Hermenegildo y Acción Cultural Española.<br />
Editado por Acción Cultural<br />
Española.<br />
La costumbre de premiar a los<br />
que han demostrado su valentía en el<br />
campo de batalla es muy antigua,<br />
tanto como el combate entre humanos,<br />
que es tanto como decir de la<br />
memoria que tenemos del hombre.<br />
Este libro muestra la historia de la Orden<br />
de San Fernando, creada para<br />
premiar el valor heroico y distinguido<br />
en combate de los militares. Es a partir<br />
de la desaparición del Antiguo Régimen<br />
en Europa, cuando la condecoración<br />
al valor en combate se concibe<br />
como una recompensa que<br />
puede ser concedida por igual al soldado<br />
raso y al general. Se inicia el libro<br />
con una resumida biografía de<br />
Fernando III el Santo, nacido el 5 de<br />
agosto de 1199, hijo de Berenguela I,<br />
reina de Castilla, y de Alfonso IX, soberano<br />
de León. Unificó definitivamente<br />
ambos reinos. Dio impulso a la<br />
Reconquista tomando, entro otras,<br />
las plazas de Andújar, Baeza, Córdoba,<br />
Sevilla, Jaén, Murcia, Cartagena<br />
y Lorca. Murió en Sevilla en 1252.<br />
Fue beatificado en 1655 y canonizado<br />
en 1671. Continúa con un minucioso<br />
recorrido por la iconografía de<br />
Fernando III el Santo. El siguiente capítulo<br />
recoge la historia de la Orden<br />
de San Fernando, que se inicia cuando<br />
España luchaba contra el ejército<br />
francés de Napoleón. Las Cortes reunidas<br />
en Cádiz, ante los excesos, favores<br />
y agravios en la concesión de<br />
recompensas, y con la pretensión de<br />
evitar la proliferación de premios, unificar<br />
los criterios de concesión y centralizar<br />
todo el proceso de tramitación<br />
de las recompensas militares, consideró<br />
como positiva la propuesta del<br />
teniente coronel Luis Velasco Camberos,<br />
diputado del Virreinato de<br />
Buenos Aires, consistente en el "establecimiento<br />
de una orden intitulada<br />
De la Espada de San Fernando, para<br />
premiar el valor militar sin prodigar<br />
grados y ascensos". La Comisión de<br />
Premios de las Cortes se encargó de<br />
la redacción de los 36 artículos del<br />
primer reglamento de la Orden Nacional<br />
de San Fernando que fueron<br />
aprobados por Real Decreto de 31<br />
de agosto de 1811. La Orden iba dirigida<br />
a agrupar a quienes fueran premiados<br />
con la Cruz de San Fernando,<br />
una condecoración que hoy día<br />
sigue siendo la más valiosa ente todas<br />
las que puede recibir un militar.<br />
Para garantizar la justicia de su concesión<br />
era preceptivo la apertura de<br />
un juicio contradictorio, en el que a<br />
través de las declaraciones de testigos<br />
presenciales se determinase si el<br />
propuesto era digno de ella o no, ateniéndose<br />
a lo prescrito en el reglamento.<br />
Se recompensaban tanto acciones<br />
militares individuales como colectivas<br />
(esta se concedería a la<br />
bandera del cuerpo con el honor de<br />
lucir el distintivo de la Orden y una<br />
corbata con los colores de la misma).<br />
El reglamento de la Orden ha sido reformado<br />
en ocho ocasiones, la última<br />
en 2001, que incorpora el reconocimiento<br />
a mujeres y a militares al servicio<br />
de misiones de paz. En la reforma<br />
de 1815, reinando Fernando VII,<br />
se cambió el nombre por el actual de<br />
Real y Militar Orden de San Fernando.<br />
Desde su creación, unos dos mil<br />
doscientos combatientes han sido<br />
condecorados con la Cruz Laureada<br />
por sus valores heroicos y unos dieciséis<br />
mil con la Cruz Sencilla por su<br />
valor distinguido; a su vez se han<br />
concedido una doscientas cincuenta<br />
Laureadas Colectivas. Hay un capítulo<br />
dedicado a las banderas laureadas,<br />
y otro que se refiere a la iconografía<br />
de la condecoración, con láminas<br />
de las distintas condecoraciones<br />
y distintivos, por orden cronológico,<br />
en los sucesivos reglamentos de la<br />
Orden. Otro capítulo se dedica al Regimiento<br />
de Cazadores Alcántara 14º<br />
de Caballería, que en 2012 se le concedió<br />
la Laureada Colectiva por su<br />
sacrificio para proteger a las fuerzas<br />
en retirada de Annual en 1921. El libro<br />
contiene un catálogo de documentos<br />
gráficos, pinturas, esculturas<br />
y fotografías, agrupadas en varias<br />
etapas. Finaliza con el listado de los<br />
laureados por la Real y Militar Orden<br />
de San Fernando.<br />
MARIANO GUTIERREZ LANZA.<br />
ENTRE LA CRUZ Y EL HURACÁN.<br />
Luis Enrique Ramos Guadalupe. Colección<br />
Breviarios de la calle del pez.<br />
Volumen de 300 páginas de 12x21<br />
cm. Editado por la Diputación Provincial<br />
de León y el Instituto Leonés de<br />
Cultura. Julio de 2014.<br />
Este libro es el resultado de una<br />
investigación sobre la vida y la obra<br />
científica de Mariano Gutiérrez-Lanza<br />
Díez, jesuita español, destacado meteorólogo,<br />
astrónomo y geofísico; noveno<br />
director del Observatorio del<br />
Colegio de Belén, en La Habana. El<br />
autor ha dividido este ensayo en cuatro<br />
capítulos, centrando los tres primeros<br />
en la biografía y el cuarto y último,<br />
en su producción científica, reseñando<br />
sus publicaciones y<br />
escritos. Nace nuestro protagonista el<br />
26 de mayo de 1865 en Pardavé de<br />
Torío, una aldea de León. Sus padres<br />
lo matricularon en el Colegio Primado<br />
de San Félix de Torío en 1880, preparándose<br />
para ingresar en el seminario.<br />
Ingresa en el Convento de Loyola<br />
en 1883 y a partir de 1887 en el<br />
Colegio Máximo de Filosofía y Teología<br />
de Oña, en Burgos, destacando<br />
su interés por las ciencias naturales,<br />
lo que marcaría su vida para siempre.<br />
En 1891 es enviado a La Habana<br />
como profesor en el Real Colegio<br />
de Belén, centro en el que se hallaba<br />
un famoso observatorio meteorológico.<br />
Unos días después de su llegada<br />
se prestó voluntario para ser inoculado<br />
con el mosquito que causaba la<br />
fiebre amarilla o vómito negro, en colaboración<br />
con la investigación del<br />
doctor Finlay, médico del colegio, para<br />
erradicar la mortal enfermedad.<br />
Regresa a España y es ordenado sacerdote<br />
el 31 de julio de 1899. Entre<br />
1900 y 1902 estudia Ciencias Exactas<br />
y Naturales en la Universidad de<br />
Georgetown, con frecuentes visitas al<br />
Observatorio Naval de los Estados<br />
Unidos en Washington, que influyó<br />
positivamente en su formación. A su<br />
regreso a La Habana fue designado<br />
subdirector del Observatorio de Belén<br />
y profesor de inglés. En 1907 se<br />
instala en la quinta "La Asunción",<br />
próxima a la capital, una batería de<br />
sismógrafos para registrar y estudiar<br />
la actividad geodinámica de la región.<br />
Previamente en 1906 viaja a España,<br />
al Observatorio del Ebro, para informarse<br />
de las tareas de montaje de la<br />
estación sismológica. Otra actividad<br />
para este gran científico fue la astronomía<br />
y, en 1910, dedicó parte de su<br />
tiempo en la localización y seguimiento<br />
del cometa Halley. En 1915<br />
es elegido Académico de Mérito de la<br />
Academia de Ciencias Médicas, Físicas<br />
y Naturales de Cuba. También<br />
estudió intensivamente los ciclones<br />
tropicales tan frecuentes en la región.<br />
En 1920 es designado director del<br />
Observatorio del Colegio de Nuestra<br />
Señora de Monserrat, en la ciudad de<br />
Cienfuegos, pero su permanencia fue<br />
corta pues en 1924 asumiría la dirección<br />
del Observatorio de Belén. El<br />
tercer capítulo está dedicado a relatar<br />
y presentar la intensa actividad que el<br />
padre Gutiérrez-Lanza desarrolló en<br />
su larga etapa como director, demostrando<br />
un profundo conocimiento sobre<br />
el origen y evolución de los huracanes.<br />
Hay que reseñar su trascendental<br />
participación en el apoyo del<br />
histórico vuelo del "Cuatro Vientos",<br />
realizando un trabajo impecable facilitando<br />
el éxito de la travesía aérea entre<br />
Sevilla y Camagüey en junio de<br />
1933, hazaña llevada a cabo por el<br />
capitán Mariano Barberán y el teniente<br />
Joaquín Collar. El último capítulo<br />
está dedicado a dar a conocer su<br />
pensamiento científico y ofrecer un<br />
resumen de su producción escrita y<br />
oral, que facilita una excelente documentación<br />
para completar el conocimiento<br />
del padre jesuita, que falleció<br />
el 24 de diciembre de 1943 en La Habana.<br />
Es de destacar un anexo con<br />
la correspondencia que mantuvo con<br />
el teniente coronel meteorólogo español<br />
José Cubillo Fluitters, Jefe del<br />
Servicio de Protección de Vuelos de<br />
nuestra aviación y con el embajador<br />
español en La Habana.<br />
480<br />
REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Mayo 2015