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LA ENFERMEDAD Y SUS METÁFORAS - eTableros

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sabemos de la muerte de Milly Theale en The Wings of the Dove es que «se volvió cara a la<br />

pared». La tuberculosis aparecía como el prototipo de la muerte pasiva. Era a menudo<br />

una suerte de suicidio. En «Los muertos» de James Joyce, Michael Furey se encuentra bajo<br />

la lluvia en el jardín de Gretta Conroy, la noche antes de que ésta se vaya a la escuela del<br />

convento; ella le implora que regrese a su casa; «dijo que no quería marcharse» y una<br />

semana después, él muere.<br />

Por muy apasionado que se lo represente, es más típico que al tuberculoso le<br />

falte vitalidad, fuerza vital. (También en la versión contemporánea de la misma<br />

fantasía, los propensos al cáncer no son lo bastante sensuales ni están suficientemente<br />

en contacto con su propia ira.) Los hermanos Goncourt, con su tenaz sentido de la<br />

observación, explican la muerte por tuberculosis de su amigo Murger (autor de Scénes<br />

de la Vie de Boheme) «por faltarle la vitalidad necesaria para soportar el sufrimiento».<br />

Michael Furey era «muy delicado», tal como Gretta Conroy lo explica a su marido,<br />

hombre en cambio «fornido, más bien alto», viril y súbitamente celoso. Se celebra la<br />

tuberculosis como la enfermedad de la víctima nacida víctima, propia de gente sensible,<br />

pasiva, no lo bastante apegada a la vida como para sobrevivir. (Lo que las evanescentes<br />

y casi somnolientas beldades de la pintura prerrafaelista llegan apenas a sugerir, se<br />

vuelve explícito en las demacradas niñas tuberculosas de ojos hundidos pintadas por<br />

Edvard Munch.) Y mientras que la descripción usual de la muerte del tuberculoso<br />

acentúa una realzada sublimación de los sentimientos, el personaje habitual de la<br />

cortesana tuberculosa indica que, supuestamente, la tuberculosis daba al enfermo una<br />

fuerte atracción sexual.<br />

Como toda metáfora lograda, la de la tuberculosis era lo bastante rica como para<br />

permitir dos aplicaciones opuestas. Aplicada a la muerte de alguien demasiado «puro»<br />

como para ser sexual (por ejemplo, un niño), afirmaba una psicología de tipo angelical.<br />

Pero al mismo tiempo era un modo de describir una sexualidad limpia de todo<br />

libertinaje, pues éste podía ahora achacarse a un estado de decadencia o de<br />

desintegración objetivo, fisiológico. Era al mismo tiempo un modo de describir la<br />

sensualidad, exhibiendo el llamado de la pasión, y de describir la represión y proclamar<br />

exigencias de sublimación, pues la enfermedad debía inducir a la vez un<br />

«entumecimiento del espíritu» (palabras de Robert Louis Stevenson) y una sucesión de<br />

sentimientos elevados. Por encima de todo, era un modo de afirmar la excelencia de<br />

que uno fuera psicológicamente más consciente, más complejo. La salud se hace banal,<br />

casi vulgar.<br />

IV<br />

Parece que ya a mediados del siglo XVIII sufrir de tuberculosis había adquirido<br />

matices románticos. En el Acto I, Iª escena de la sátira de la vida provinciana She Stoops to<br />

Conquer (1773) de Oliver Goldsmith, Mr. Hardcastle reconviene con indulgencia a Mrs.<br />

11<br />

http://www.scribd.com/users/Barricadas/document_collections

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