LA ENFERMEDAD Y SUS METÃFORAS - eTableros
LA ENFERMEDAD Y SUS METÃFORAS - eTableros
LA ENFERMEDAD Y SUS METÃFORAS - eTableros
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
curan; pero cuando, por falta de previsión, se permite que lleguen a un<br />
punto en que todos puedan verlos, ya no hay remedio.<br />
Maquiavelo cita la tuberculosis como una enfermedad cuya evolución puede<br />
frenarse, si se la descubre a tiempo (cuando sus síntomas son apenas visibles). Con<br />
suficiente previsión, el curso de la enfermedad no es irreversible; lo mismo vale para<br />
los disturbios en el seno de la entidad política. La metáfora patológica de Maquiavelo<br />
tiene que ver menos con la sociedad que con el arte de gobernar (concebido como arte<br />
terapéutico): para contrarrestar una enfermedad hace falta prudencia, y para dominar<br />
una crisis social hace falta previsión. Es una metáfora sobre la previsión, un llamado a la<br />
previsión.<br />
De acuerdo con la gran tradición de la filosofía política, el propósito de comparar<br />
enfermedad y desorden civil es alentar a los gobernantes a llevar a cabo una política<br />
más racional. «Si bien es cierto que nada de lo que hacen los hombres puede ser<br />
inmortal», escribe Hobbes,<br />
no obstante, si los hombres tuvieran el uso de razón del que se jactan, sus<br />
Repúblicas se verían al menos resguardadas de perecer por sus afecciones<br />
internas... Por consiguiente, cuando éstas se desagregan, no por la<br />
violencia externa sino por desórdenes intestinos, la culpa no es de los<br />
hombres como Materia, sino como Artesanos, como organizadores de las<br />
mismas.<br />
El punto de vista de Hobbes es todo menos fatalista. Los gobernantes tienen la<br />
responsabilidad y la capacidad (mediante la razón) de dominar el desorden. Para<br />
Hobbes, la única muerte «natural» de una institución o de una sociedad es el asesinato<br />
(«violencia externa»). Perecer a causa de desórdenes intestinos —por comparación con<br />
una enfermedad— es un suicidio, cosa perfectamente evitable; es un acto volitivo o, mejor,<br />
de falta de voluntad (es decir, de razón).<br />
La metáfora patológica se usó en la filosofía política para dar mayor fuerza al<br />
llamado a la razón. Maquiavelo y Hobbes apelaron a un aspecto de la sabiduría médica, el<br />
de la importancia que tiene el interceptar a tiempo una enfermedad grave, cuando todavía<br />
se la puede dominar. La metáfora patológica también podía usarse para incitar a los<br />
gobernantes a otro tipo de previsión. En 1708 lord Shaftesbury escribía:<br />
Hay ciertos humores en la humanidad que por la fuerza deben hallar<br />
desahogo. La mente y el cuerpo humanos se ven, ambos, sometidos<br />
naturalmente a conmociones... pues hay en la sangre extraños fermentos que<br />
en muchos cuerpos provocan extraordinarias descargas... Si los médicos<br />
pretendieran apaciguar a todo precio estos fermentos corporales,<br />
conteniendo los humores que afloran en estas erupciones, podrían, en lugar<br />
de curar, desencadenar quizás una plaga, y convertir una fiebre primaveral o<br />
un empacho otoñal en una maligna fiebre epidémica. Sin duda, hay malos<br />
médicos en el cuerpo de la entidad política que sienten la necesidad de<br />
meterse con estas erupciones mentales y que, bajo el falso pretexto de curar<br />
el escozor de la superstición y de salvar las almas del contagio del entusiasmo,<br />
terminan por conmocionar la naturaleza entera, transformando<br />
unos inocentes carbunclos en una inflamación o en una gangrena mortal.<br />
35<br />
http://www.scribd.com/users/Barricadas/document_collections