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cincuenta-sombras-liberadas-libro-3

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Frunce el ceño y traga saliva.<br />

Oh, ¿qué es lo que no me está contando? ¿Quiero saberlo?<br />

—Me propuso tener sexo. —Está horrorizado, lo veo.<br />

Todo el aire abandona mi cuerpo. Estoy sin aliento y creo que se me ha parado el corazón. ¡Esa<br />

endemoniada bruja!<br />

—Fue un momento que se quedó como suspendido en el tiempo. Ella vio mi expresión y se dio cuenta de<br />

que se había pasado de la raya, mucho. Le dije que no. No había pensado en ella así en todos estos años, y<br />

además —traga saliva—, te quiero. Y se lo dije, le dije que quiero a mi mujer.<br />

Le miro fijamente. No sé qué decir.<br />

—Se apartó de inmediato. Volvió a disculparse e intentó que pareciera una broma. Dijo que estaba feliz<br />

con Isaac y con el negocio y que no estaba resentida con nosotros. Continuó diciendo que echaba de menos<br />

mi amistad, pero que era consciente de que mi vida estaba contigo ahora, y que eso le parecía raro, dado lo<br />

que pasó la última vez que estuvimos todos juntos en la misma habitación. Yo no podía estar más de acuerdo<br />

con ella. Nos despedimos… por última vez. Le dije que no volvería a verla y ella se fue por su lado.<br />

Trago saliva y noto que el miedo me atenaza el corazón.<br />

—¿Os besasteis?<br />

—¡No! —Ríe entre dientes—. ¡No podía soportar estar tan cerca de ella!<br />

Oh, bien.<br />

—Estaba triste. Quería venir a casa contigo. Pero sabía que no me había portado bien. Me quedé y acabé la<br />

botella y después continué con el bourbon. Mientras bebía me acordé de algo que me dijiste hace tiempo: «Si<br />

hubieras sido mi hijo…». Y empecé a pensar en Junior y en la forma en que empezamos Elena y yo. Y eso<br />

me hizo sentir… incómodo. Nunca antes lo había pensado así.<br />

Un recuerdo florece en mi mente: una conversación susurrada de cuando estaba solo medio consciente. Es<br />

la voz de Christian: «Pero verla consiguió que volviera a ponerlo todo en contexto y recuperara la<br />

perspectiva. Acerca de lo del bebé, ya sabes. Por primera vez sentí que… lo que hicimos… estuvo mal».<br />

Hablaba con Grace.<br />

—¿Y eso es todo?<br />

—Sí.<br />

—Oh.<br />

—¿Oh?<br />

—¿Se acabó?<br />

—Sí. Se acabó desde el mismo momento en que posé los ojos en ti por primera vez. Pero esa noche me di<br />

cuenta por fin y ella también.<br />

—Lo siento —murmuro.<br />

Él frunce el ceño.<br />

—¿Por qué?<br />

—Por estar tan enfadada al día siguiente.<br />

Él ríe entre dientes.<br />

—Nena, entiendo tu enfado. —Hace una pausa y suspira—. Ana, es que te quiero para mí solo. No quiero

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