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En la arena estelar Isaac Asimov T
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1 E! murmullo del dormitorio Había
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Se apartó de la puerta: aquello er
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De modo que no había mucha radiact
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—¿Verme a mí? —Hablaba con cu
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—Supongo que tendrá alguna idea
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—No. Digo su interés particular.
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—Haré tal como me dice, Jonti
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3 El azar y el reloj de pulsera La
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—¡Liquidarme así! Desde luego q
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—De acuerdo, señor Malaine. Pero
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»El salto es exactamente lo que su
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¡Cómo le observaban! Y en aquel i
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ciencias perdidas, y siempre hay es
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Biron permaneció imperturbable. Le
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—Sin duda se trata de aquel joven
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que su existencia constituía un se
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—Pues bien, lo he repetido, y ah
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—Los tyrannios —murmuró—. El
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El pequeño vagón, capaz para cinc
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Alzó la voz y la lanzó tras la fi
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—Excelencia —dijo—. He venido
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—Bien, son instrumentos especiale
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¿qué hubiese sucedido? Indudablem
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No había posibilidad de equivocars
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8 Las faldas de una dama La gargant
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—No lo sé, no puedo controlarlo.
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—Si un noble no puede encontrar a
- Page 59 and 60: De un modo incongruente, se puso a
- Page 61 and 62: —Capitán, venga. Mientras usted
- Page 63 and 64: dispersaría la fragancia. Por lo m
- Page 65 and 66: —¿Y por qué no? —dijo con sal
- Page 67 and 68: —Puesto que se me ordena hablar,
- Page 69 and 70: —Pruebe la torre del campo —dij
- Page 71 and 72: incómoda familiaridad de esta jaul
- Page 73 and 74: almacén y una pequeña cabina, con
- Page 75 and 76: modo divertida, pero acerca de lo q
- Page 77 and 78: qué forma se habían alterado los
- Page 79 and 80: »¿Y a qué lamas incidentes? Nave
- Page 81 and 82: La cara de Gillbret reflejó su evi
- Page 83 and 84: —¿Es difícil hacerlo? —No lo
- Page 85 and 86: Estaban el uno junto al otro. Él p
- Page 87 and 88: población independiente, por la so
- Page 89 and 90: Y podría ser que ahora se estuvier
- Page 91 and 92: —Bien. Nada de visión. Contenté
- Page 93 and 94: Biron hizo bajar la palanca que enc
- Page 95 and 96: —Y aquella correa nunca se tornó
- Page 97 and 98: »Luego, cuando arrestaron a su pad
- Page 99 and 100: más, pero fracasé también, ya qu
- Page 101 and 102: —¡No! —dijo Biron. El autarca
- Page 103 and 104: —No me ha dicho usted nada —dij
- Page 105 and 106: —Por favor, Gil —dijo Biron—,
- Page 107 and 108: —Me figuro que no debía haber di
- Page 109: Deslizaba casi automáticamente la
- Page 113 and 114: —Gracias. Si no decide usted acep
- Page 115 and 116: Aratap sonrió fríamente. Las otra
- Page 117 and 118: electromagnético. En otras palabra
- Page 119 and 120: —Muy bien —dijo Andros, pensati
- Page 121 and 122: —Usted mismo vio las placas. Y, a
- Page 123 and 124: Las primeras estrellas en que se ha
- Page 125 and 126: —No tiene aspecto de ser el mundo
- Page 127 and 128: 18 ¡Libre de las garras de la muer
- Page 129 and 130: estado mimando a aquel tonto. ¡Aqu
- Page 131 and 132: —Su explicación no fue correcta.
- Page 133 and 134: —¡Sí, yo maté a su padre! —d
- Page 135 and 136: Sintió sobre ella unos brazos que
- Page 137 and 138: forzosamente que ser el mundo de la
- Page 139 and 140: —Es raro, pero no me doy cuenta
- Page 141 and 142: 20 ¿Dónde? Simok Aratap sopesaba
- Page 143 and 144: —Bien —dijo Biron—. Considere
- Page 145 and 146: La cara del autarca se torció dibu
- Page 147 and 148: «¡Gran Galaxia!», exclamó Arata
- Page 149 and 150: 21 ¿Aquí? El soldado llegó ruido
- Page 151 and 152: —Lo siento, pero no tengo con qu
- Page 153 and 154: En aquel instante se oyó una voz q
- Page 155 and 156: sobre Gillbret, manteniendo en su m
- Page 157 and 158: 22 ¡Allá! Toda la filosofía de A
- Page 159 and 160: E! «Implacable» no era ya más qu
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—Pues que no se alteró ni la ene
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—Desgraciadamente —dijo Hinrik
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ÍNDICE 1 E! murmullo del dormitori