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06. En la Arena Estelar

En la arena estelar, publicada por primera vez en 1951, con el título original de The Stars, Like Dust (Las estrellas, como polvo) es una novela de ciencia ficción de Isaac Asimov. Su título alude al polvo interestelar que impide la visión de las estrellas en la Nebulosa Cabeza de Caballo, región de la Vía Láctea donde tiene lugar la mayor parte de la historia.

En la arena estelar, publicada por primera vez en 1951, con el título original de The Stars, Like Dust (Las estrellas, como polvo) es una novela de ciencia ficción de Isaac Asimov. Su título alude al polvo interestelar que impide la visión de las estrellas en la Nebulosa Cabeza de Caballo, región de la Vía Láctea donde tiene lugar la mayor parte de la historia.

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—Señor Ma<strong>la</strong>ine —dijo de nuevo el robot mensajero, y durante cinco segundos<br />

Biron le contempló sin responder, hasta que recordó que aquél era su nombre<br />

provisional. Estaba ligeramente escrito a lápiz en el billete que Jonti le había dado. Le<br />

habían reservado un camarote bajo aquel nombre.<br />

—Sí. ¿Qué ocurre? Yo soy Ma<strong>la</strong>ine.<br />

La voz del mensajero silbó débilmente mientras el carrete interior emitía su<br />

mensaje.<br />

—Me han pedido que le informe de que le han cambiado de camarote, y que su<br />

equipaje ha sido tras<strong>la</strong>dado. Si va usted a ver al sobrecargo le entregarán su nueva<br />

l<strong>la</strong>ve. Esperamos que eso no le ocasione ninguna molestia.<br />

—¿A qué viene todo esto? —Biron giró rápidamente en su asiento, y algunos de<br />

los pocos pasajeros que aún quedaban en el mirador le contemp<strong>la</strong>ron ante <strong>la</strong> violencia<br />

de su respuesta—. ¿ Cuál es el motivo?<br />

Naturalmente, no servía de nada discutir con una máquina que ya había<br />

desempeñado su función. El mensajero había inclinado respetuosamente su cabeza<br />

automática, sin alterar su expresión imitativa de una suave sonrisa humana, y se había<br />

ido.<br />

Biron salió del mirador y abordó al oficial de <strong>la</strong> nave que estaba junto a <strong>la</strong><br />

puerta de un modo algo más enérgico de lo que se había propuesto.<br />

—Oiga. Tengo que ver al capitán. El oficial no mostró sorpresa alguna.<br />

—¿Es importante, señor?<br />

—¡Tan cierto como el Espacio, que es importante! Me acaban de cambiar de<br />

camarote sin mi permiso, y me gustaría saber a qué se debe.<br />

Incluso ya en aquel instante, Biron se dio cuenta de que su ira no guardaba<br />

proporción con <strong>la</strong> causa, pero respondía a una acumu<strong>la</strong>ción de resentimientos. Casi le<br />

hab<strong>la</strong>n obligado a abandonar <strong>la</strong> Tierra como un criminal en fuga, iba no sabía adonde,<br />

para hacer no sabía qué, y ahora no le dejaban en paz a bordo de <strong>la</strong> nave. Era<br />

demasiado.<br />

Con todo, tenía <strong>la</strong> inquietante sensación de que si Jonti hubiese estado en su<br />

lugar habría obrado de modo diferente, quizá más prudentemente. C<strong>la</strong>ro que él no era<br />

Jonti.<br />

—L<strong>la</strong>maré al sobrecargo—dijo el oficial.<br />

—Deseo ver al capitán —insistió Biron.<br />

—Bien, como desee —Y después de una breve conversación a través del<br />

pequeño comunicador de <strong>la</strong> nave, que pendía de su so<strong>la</strong>pa, añadió cortésmente—: Le<br />

l<strong>la</strong>marán; haga el favor de esperar.<br />

El capitán Hirm Gordell era un hombre más bien bajo y corpulento; al entrar<br />

Biron se levantó cortésmente y se inclinó sobre su escritorio para estrecharle <strong>la</strong> mano.<br />

—Señor Ma<strong>la</strong>ine —dijo—, <strong>la</strong>mento que hayamos tenido que molestarle.<br />

Su cara era rectangu<strong>la</strong>r, el cabello de color gris de acero, su pequeño y bien<br />

cuidado bigote de un tono algo más oscuro, y sonreía ligeramente.<br />

—También yo lo <strong>la</strong>mento —dijo Biron—. Había reservado un camarote al cual<br />

tenía derecho y creo que ni siquiera usted, señor, estaba autorizado a cambiarlo sin mi<br />

permiso.<br />

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