- Page 3 and 4: En la arena estelar Isaac Asimov T
- Page 5 and 6: 1 E! murmullo del dormitorio Había
- Page 7 and 8: Se apartó de la puerta: aquello er
- Page 9 and 10: De modo que no había mucha radiact
- Page 11 and 12: —¿Verme a mí? —Hablaba con cu
- Page 13 and 14: —Supongo que tendrá alguna idea
- Page 15 and 16: —No. Digo su interés particular.
- Page 17 and 18: —Haré tal como me dice, Jonti
- Page 19 and 20: 3 El azar y el reloj de pulsera La
- Page 21 and 22: —¡Liquidarme así! Desde luego q
- Page 23 and 24: —De acuerdo, señor Malaine. Pero
- Page 25: »El salto es exactamente lo que su
- Page 29 and 30: ciencias perdidas, y siempre hay es
- Page 31 and 32: Biron permaneció imperturbable. Le
- Page 33 and 34: —Sin duda se trata de aquel joven
- Page 35 and 36: que su existencia constituía un se
- Page 37 and 38: —Pues bien, lo he repetido, y ah
- Page 39 and 40: —Los tyrannios —murmuró—. El
- Page 41 and 42: El pequeño vagón, capaz para cinc
- Page 43 and 44: Alzó la voz y la lanzó tras la fi
- Page 45 and 46: —Excelencia —dijo—. He venido
- Page 47 and 48: —Bien, son instrumentos especiale
- Page 49 and 50: ¿qué hubiese sucedido? Indudablem
- Page 51 and 52: No había posibilidad de equivocars
- Page 53 and 54: 8 Las faldas de una dama La gargant
- Page 55 and 56: —No lo sé, no puedo controlarlo.
- Page 57 and 58: —Si un noble no puede encontrar a
- Page 59 and 60: De un modo incongruente, se puso a
- Page 61 and 62: —Capitán, venga. Mientras usted
- Page 63 and 64: dispersaría la fragancia. Por lo m
- Page 65 and 66: —¿Y por qué no? —dijo con sal
- Page 67 and 68: —Puesto que se me ordena hablar,
- Page 69 and 70: —Pruebe la torre del campo —dij
- Page 71 and 72: incómoda familiaridad de esta jaul
- Page 73 and 74: almacén y una pequeña cabina, con
- Page 75 and 76: modo divertida, pero acerca de lo q
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qué forma se habían alterado los
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»¿Y a qué lamas incidentes? Nave
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La cara de Gillbret reflejó su evi
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—¿Es difícil hacerlo? —No lo
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Estaban el uno junto al otro. Él p
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población independiente, por la so
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Y podría ser que ahora se estuvier
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—Bien. Nada de visión. Contenté
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Biron hizo bajar la palanca que enc
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—Y aquella correa nunca se tornó
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»Luego, cuando arrestaron a su pad
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más, pero fracasé también, ya qu
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—¡No! —dijo Biron. El autarca
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—No me ha dicho usted nada —dij
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—Por favor, Gil —dijo Biron—,
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—Me figuro que no debía haber di
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Deslizaba casi automáticamente la
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—No importa; sígalos. Y a menos
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—Gracias. Si no decide usted acep
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Aratap sonrió fríamente. Las otra
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electromagnético. En otras palabra
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—Muy bien —dijo Andros, pensati
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—Usted mismo vio las placas. Y, a
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Las primeras estrellas en que se ha
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—No tiene aspecto de ser el mundo
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18 ¡Libre de las garras de la muer
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estado mimando a aquel tonto. ¡Aqu
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—Su explicación no fue correcta.
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—¡Sí, yo maté a su padre! —d
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Sintió sobre ella unos brazos que
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forzosamente que ser el mundo de la
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—Es raro, pero no me doy cuenta
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20 ¿Dónde? Simok Aratap sopesaba
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—Bien —dijo Biron—. Considere
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La cara del autarca se torció dibu
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«¡Gran Galaxia!», exclamó Arata
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21 ¿Aquí? El soldado llegó ruido
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—Lo siento, pero no tengo con qu
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En aquel instante se oyó una voz q
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sobre Gillbret, manteniendo en su m
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22 ¡Allá! Toda la filosofía de A
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E! «Implacable» no era ya más qu
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—Pues que no se alteró ni la ene
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—Desgraciadamente —dijo Hinrik
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ÍNDICE 1 E! murmullo del dormitori