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06. En la Arena Estelar

En la arena estelar, publicada por primera vez en 1951, con el título original de The Stars, Like Dust (Las estrellas, como polvo) es una novela de ciencia ficción de Isaac Asimov. Su título alude al polvo interestelar que impide la visión de las estrellas en la Nebulosa Cabeza de Caballo, región de la Vía Láctea donde tiene lugar la mayor parte de la historia.

En la arena estelar, publicada por primera vez en 1951, con el título original de The Stars, Like Dust (Las estrellas, como polvo) es una novela de ciencia ficción de Isaac Asimov. Su título alude al polvo interestelar que impide la visión de las estrellas en la Nebulosa Cabeza de Caballo, región de la Vía Láctea donde tiene lugar la mayor parte de la historia.

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—Bien, son instrumentos especiales de sondeo para espiar los rayos espías de<br />

los tyrannios de una manera totalmente nueva. Algo que no pueden detectar. Así fue<br />

como supe de ti, tan pronto llegó <strong>la</strong> primera noticia de Aratap. Y tengo algunos otros<br />

trastos divertidos. Por ejemplo, mi visisonor. ¿Te gusta <strong>la</strong> música?<br />

—Según cuál.<br />

—Bien. He inventado un instrumento, pero no sé si puedo l<strong>la</strong>mar propiamente<br />

música a lo que emite. —Un estante de libros filmados se deslizó hacia afuera a un<br />

simple contacto—. Realmente no es un escondite muy bueno, pero como nadie me<br />

toma en serio, no lo registran. Divertido, ¿no te parece? Pero se me olvidaba que no<br />

resulta fácil divertirte.<br />

Era una especie de caja, algo burda, que tenía aquel aspecto especial de falta<br />

de brillo y de barniz que caracteriza al objeto fabricado en casa. Uno de los <strong>la</strong>dos<br />

estaba cuajado de pequeños pomos bril<strong>la</strong>ntes. Lo depositó con aquel <strong>la</strong>do hacia arriba.<br />

—¿Verdad que es bonito? —dijo Gillbret—, ¿pero a quién interesa? Apaga <strong>la</strong>s<br />

luces. ¡No, no! No hay interruptores ni contactos. So<strong>la</strong>mente desea que <strong>la</strong>s luces se<br />

apaguen. ¡Deséalo intensamente! Decide que quieres que se apaguen.<br />

Y <strong>la</strong>s luces se apagaron, salvo por un leve resp<strong>la</strong>ndor perlino en el techo que dio<br />

a <strong>la</strong>s caras de los dos hombres un aspecto fantasmal en <strong>la</strong> oscuridad. Gillbret se rió<br />

lentamente ante <strong>la</strong> exc<strong>la</strong>mación de Biron.<br />

—Es uno de los trucos de mi visisonor. Está sintonizado con <strong>la</strong> mente, lo mismo<br />

que <strong>la</strong>s cápsu<strong>la</strong>s personales. ¿Comprendes lo que quiero decir?<br />

—No; a decir verdad, no lo comprendo.<br />

—Bien —dijo—, te lo voy a explicar. El campo eléctrico de <strong>la</strong>s célu<strong>la</strong>s de tu<br />

cerebro crea otro inducido en el instrumento. Matemáticamente es bastante sencillo,<br />

pero que yo sepa nadie hasta ahora había metido todos los circuitos necesarios en una<br />

caja de este tamaño. <strong>En</strong> general se requiere una p<strong>la</strong>nta generadora de un metro y<br />

medio para hacerlo. Y también funciona a <strong>la</strong> inversa. Puedo cerrar estos circuitos y<br />

hacer que impresionen directamente tu cerebro, de modo que verás y oirás sin<br />

ninguna intervención directa de los ojos ni oídos. ¡Fíjate!<br />

Al principio no había nada en que fijarse. Luego algo indefinido arañó levemente<br />

los rabillos de los ojos de Biron, algo que pronto se convirtió en una bo<strong>la</strong> azul-violeta<br />

suspendida en el aire, que le seguía cuando él se apartaba, y permanecía inalterada<br />

cuando cerraba los ojos. Y un c<strong>la</strong>ro tono musical <strong>la</strong> acompañaba. Era parte de el<strong>la</strong>, era<br />

el<strong>la</strong> misma.<br />

Crecía y se expansionaba, y Biron se fue dando cuenta de que' existía en el<br />

interior de su cráneo. No era realmente un color, sino un sonido coloreado, pero sin<br />

ruido. Era tangible, pero imperceptible.<br />

La bo<strong>la</strong> fue girando y adquiriendo una iridiscencia, mientras el tono musical se<br />

fue elevando hasta flotar por encima de él, como una casaca de seda. Luego explotó<br />

en forma tal que unas gotas de color le salpicaron, produciéndole unas quemaduras<br />

momentáneas que desaparecieron sin dejar dolor.<br />

Nuevamente se alzaron burbujas de un verde reluciente, mientras oía un suave<br />

y dulce murmullo. Biron, confuso, trató de alcanzar<strong>la</strong>s, y entonces se dio cuenta de<br />

que no podía ver sus manos ni sentir su movimiento. Sólo había <strong>la</strong>s pequeñas burbujas<br />

que llenaban su mente con exclusión de todo lo demás.<br />

Gritó en forma inaudible, y <strong>la</strong> fantasía cesó. Gillbret se encontraba nuevamente<br />

de pie a su <strong>la</strong>do en una habitación iluminada, y se estaba riendo. Biron sintió un fuerte<br />

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