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06. En la Arena Estelar

En la arena estelar, publicada por primera vez en 1951, con el título original de The Stars, Like Dust (Las estrellas, como polvo) es una novela de ciencia ficción de Isaac Asimov. Su título alude al polvo interestelar que impide la visión de las estrellas en la Nebulosa Cabeza de Caballo, región de la Vía Láctea donde tiene lugar la mayor parte de la historia.

En la arena estelar, publicada por primera vez en 1951, con el título original de The Stars, Like Dust (Las estrellas, como polvo) es una novela de ciencia ficción de Isaac Asimov. Su título alude al polvo interestelar que impide la visión de las estrellas en la Nebulosa Cabeza de Caballo, región de la Vía Láctea donde tiene lugar la mayor parte de la historia.

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principales y en <strong>la</strong>s rampas, y además el sistema de a<strong>la</strong>rma general está en<br />

funcionamiento. Pero podemos pasar a través de él.<br />

—¿No le echarán de menos, señor? —preguntó Biron.<br />

—¿A mí? El capitán se alegró de verme desaparecer, a pesar de todas sus<br />

cortesías. No me buscarán, te lo aseguro.<br />

Hab<strong>la</strong>ban en murmullos, pero ahora incluso éstos cesaron. Al pie de <strong>la</strong> rampa se<br />

alzaba un guardia, mientras que otros dos estaban a ambos <strong>la</strong>dos de <strong>la</strong> gran puerta<br />

<strong>la</strong>brada que conducía al exterior.<br />

Gillbret preguntó en voz muy alta:<br />

—¿Hay noticias del prisionero que se ha escapado, soldados?<br />

—No, excelencia —dijo el que estaba más cerca. Juntó los talones y saludó.<br />

—Bueno, pues abrid bien los ojos.<br />

Pasaron junto a los guardias y salieron al exterior, al tiempo que uno de los<br />

guardias junto a <strong>la</strong> puerta neutralizaba cuidadosamente aquel<strong>la</strong> sección de <strong>la</strong> a<strong>la</strong>rma<br />

mientras salían.<br />

Fuera era de noche. El cielo estaba limpio y estrel<strong>la</strong>do, y <strong>la</strong> masa irregu<strong>la</strong>r de <strong>la</strong><br />

Nebulosa Oscura disipaba los puntitos de luz cercanos al horizonte. El pa<strong>la</strong>cio central, a<br />

su espalda, era una oscura mole, y el campo del pa<strong>la</strong>cio estaba a menos de un<br />

kilómetro de distancia.<br />

Pero al cabo de cinco minutos de caminar a lo <strong>la</strong>rgo del silencioso sendero,<br />

Gillbret comenzó a mostrarse agitado.<br />

—Hay algo que no marcha —dijo.<br />

—Tío Gil —dijo Artemisa—. ;No te habrás olvidado de disponer que estuviese a<br />

punto <strong>la</strong> nave?<br />

—Naturalmente que no —respondió tan secamente como es posible cuando se<br />

hab<strong>la</strong> en murmullos—, pero, ¿por qué está iluminada <strong>la</strong> torre del campo? Debería estar<br />

a oscuras.<br />

Señaló a través de los árboles, donde <strong>la</strong> torre bril<strong>la</strong>ba como un panal de luz<br />

b<strong>la</strong>nca. Generalmente, aquello hubiese indicado actividad en el campo; naves que<br />

llegaban del espacio o que partían hacia él.<br />

—No había nada anunciado para esta noche —musitó Gillbret—. De eso estoy<br />

seguro.<br />

Desde cierta distancia vieron <strong>la</strong> respuesta, o por lo menos Gillbret <strong>la</strong> vio. Se<br />

detuvo de pronto y extendió los brazos para detener a los demás.<br />

—No es más que eso —dijo, y se rió histéricamente—. ¡Están aquí! ¡Los<br />

tyrannios! ¿No comprendéis? Aquello es el crucero acorazado particu<strong>la</strong>r de Aratap.<br />

Biron lo vio, débilmente bril<strong>la</strong>ndo bajo <strong>la</strong>s luces, destacándose de <strong>la</strong>s demás<br />

naves menos distinguidas. Era más liso, más delgado, más felino que <strong>la</strong>s naves de<br />

Rhodia.<br />

—El capitán dijo que hoy se recibía a un «personaje» pero yo no hice caso —<br />

dijo Gillbret—. Ahora no podemos hacer nada. No podemos luchar contra los tyrannios.<br />

Biron sintió que algo se quebraba de repente.<br />

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