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Manual MURCIA ORIENTA del SEF - croem

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451. El leñadorFuente: Paulo CoelhoUno de los deportes tradicionales de Alaska es la tala de árboles. Hay leñadores famosos con ungran dominio, habilidad y energía en el uso <strong>del</strong> hacha.Un joven que quería convertirse también en un gran leñador, oyó hablar <strong>del</strong> mejor de los leñadores<strong>del</strong> país y decidió ir a su encuentro.- Quiero ser su discípulo. Quiero aprender a cortar árboles como usted.El joven se aplicó en aprender las lecciones <strong>del</strong> maestro, y después de algún tiempo creyó haberlosuperado. Se sentía más fuerte, más ágil, más joven, estaba seguro de vencer fácilmente al viejoleñador.Así desafió a su maestro en una competición de ocho horas, para saber cuál de los dos podía cortarmás árboles.El maestro aceptó el desafío, y el joven leñador comenzó a cortar árboles con entusiasmo y vigor.Entre árbol y árbol, miraba su maestro, pero la mayor parte de las veces lo veía sentado.Al caer el día, para gran sorpresa <strong>del</strong> joven, el viejo maestro había cortado muchos más árbolesque él.- ¿Cómo puede ser? -se sorprendió- ¡Casi todas las veces que lo miré, usted estaba descansando!- No, hijo mío, yo no descansaba. Estaba afilando mi hacha. Ésa es la razón por la que hasperdido. El tiempo empleado en afilar el hacha es valiosamente recompensado.El refuerzo en el proceso de aprendizaje, que dura toda la vida, es como afilar el hacha.2. Té con semilla de mostazaFuente: Paulo CoelhoUna mujer, desesperada por la muerte de su padre, fue en busca de un sabio. Pedía que la curase<strong>del</strong> dolor que tal pérdida le provocaba.- La cura es sencilla -dijo el sabio- té con semilla de mostaza.Más tranquila, la mujer ya se preparaba para ir al mercado a comprar las semillas, cuando el sabioadvirtió:- Pero las semillas tienen que encontrarse en el jardín de una casa donde sus habitantesnunca hayan perdido a alguien a quien amaban.Dos años después, la mujer volvió.- Entonces, ¿encontraste las semillas de mostaza? -preguntó el sabio.- Estaba encerrada en mi dolor y no entendía que la muerte es parte de la vida -dijo ella-.Pero descubrí que tal jardín no existe: todo el mundo ya perdió una persona querida. Ytodos sobrevivieron al sufrimiento. Mi corazón está en paz. Sé que puedo convivir con eldolor y salir a<strong>del</strong>ante.

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