91Humanos como censura previa, lo cual es contrario a la Convención Americana de DerechosHumanos, la Cons tución de la República Bolivariana de Venezuela, y la Ley RESORTE, lascuales prohíben la censura .Mientras la campaña de CEDICE y ASOESFUERZO quedaba fuera de circulación, decenas deimágenes, par cularmente, aunque no de manera exclusiva, relacionadas con bebidasalcohólicas que hacen uso de la imagen femenina de manera cosificada, o en situaciones quepudieran llegar a ser consideradas como degradantes, humillantes o de explotación, con núaninundando los medios de comunicación venezolanos sin provocar la acción de los entescompetentes. Más que un evidente doble rasero, en el caso de CEDICE y ASOESFUERZO,pareciera que el ar culo sobre violencia mediá ca de la Ley Orgánica sobre el Derecho de lasMujeres a una Vida Libre de Violencia se usó como mecanismo de in midación polí ca endetrimento de su verdadero propósito, el cual es lograr que los medios de comunicaciónpresenten a las mujeres de manera equilibrada, no estereo pada y no cosificada.Mujeres en los medios de comunicaciónAun cuando las disposiciones de la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una VidaLibre de Violencia y de la Ley RESORTE rela vas a las mujeres en los medios de comunicación,son de aplicación limitada y están desprovistas de un marco más amplio de polí cascomunicacionales derivadas de otras leyes y disposiciones específicas a favor de la plenaigualdad y par cipación de la mujer en la sociedad, su aprobación es un importante primer pasoy su implementación debe ser profundizada. ¿Por qué? Basta asomarse a los medios decomunicación venezolanos para darse cuenta que la mujer sigue siendo presentada de maneraestereo pada y discriminatoria. En radio, televisión, medios impresos y digitales, se puedeobservar cómo las mujeres siguen ocupando un lugar subordinado y su cuerpo sigue siendou lizado de manera desnaturalizada, como recurso para captar sintonía o llamar la atención.Los resultados parciales de un monitoreo de prensa y medios digitales realizado por laprofesora Luisana Gómez dan cuenta de la escasa relevancia cuan ta va y cualita va conrelación a los temas considerados asuntos de mujeres. Así pues, de los 70 diarios incluidos en lamuestra se encontró “(…) una bajísima proporción de ar culos referidos a las mujeres y asuntosno ciosos relacionados con temas sociales y/o asuntos relacionados o asociados con lasmujeres”. Igualmente, se observó que la presentación de las mujeres se corresponde con losroles tradicionales estereo pados de género. Por ejemplo, al referirse a las mujeres, se les siguenombrando de modos que destacan su vínculo con el hombre o pareja (“su mujer”; “sucónyuge”), al empo que siguen siendo representadas mayoritariamente dentro de su rol
92tradicional de madre, esposa, concubina y cónyuge, más que por su condición social de mujer.La profesora Gómez alerta también sobre el predominio y uso extendido de lenguaje sexistaque u liza el masculino genérico para calificar situaciones en las que la pluralidad estabacompuesta por personas de ambos sexos.En el ámbito de la publicidad la realidad no es muy dis nta. La imagen femenina esu lizada como un recurso visual para atraer la atención de quien consume . La costumbre dever mujeres sin rostro como imagen de una marca par cular de cerveza, de mirar programas detelevisión (como las telenovelas, programas de espectáculo y variedades) o escuchar mensajesde radio en los cuales se exaltan las cualidades del “macho” y se reprochan y denigran lascualidades de las mujeres a través del uso de epítetos como “cuaima” se ha tornado algonatural y generalmente aceptado por la sociedad venezolana, invisibilizando la violencia quelleva implícita.El uso de la imagen femenina de manera estereo pada o degradante se ha “naturalizado” y,como lo ha dicho la profesora Evangelina García Prince, la naturalización de la violenciainvisibiliza el carácter agresivo de la misma, por lo cual la violencia se transforma encomponente inevitable, “natural”, de la relación entre los géneros .Mientras, la realidad sobre la par cipación de las venezolanas en las estructuras de losmedios de comunicación es dis nta. Según el Informe Global sobre la Situación de las Mujeresen los Medios de Comunicación, realizado en 2011 por la Fundación Internacional de MujeresPeriodistas (IMFW por sus siglas en inglés), la situación de las mujeres en los medios decomunicación venezolanos es bastante posi va. Aunque no existen estadís cas locales, laexistencia de mujeres reporteras, conductoras de programas de opinión, locutoras, ejecu vasde agencias de publicidad, jefas de redacción, y directoras de medios, entre muchos otrospuestos, es evidente. El IMFW lo confirma: el número de mujeres en la mayoría de los niveles escasi igual al de los hombres. La presencia de la mujer es significa va en los cuadros gerencialesbajos y altos, donde ocupa el 51,9% para ambos casos. En los cuadros medios de gerencia, lasmujeres representan sólo el 36,7%. El estudio señala, sin embargo, que un número importantede las mujeres (63.5%) dentro de los medios de comunicación desempeñan labores en losdepartamentos de ventas, finanzas y administración, mientras que su ausencia es notable en lasjuntas direc vas, donde sólo alcanzan un 17.9% de par cipación, y en el área técnicaprofesional donde sólo representan el 5.1% .¿Respuestas?En este estado de cosas, la codificación de la violencia mediá ca como un po de violencia
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