12.07.2015 Views

Leer-Cuentos.-Horacio-Quiroga

Leer-Cuentos.-Horacio-Quiroga

Leer-Cuentos.-Horacio-Quiroga

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

de exagerar, y sabiendo que exageraba.De esta lección retórica se desprende inmediatamente otra: sobre elestilo. En <strong>Quiroga</strong> se ajustó a las exigencias primordiales de brevedad yconcentración que le había predicado Luis Pardo, el español que estabaa cargo de la redacción de Caras y Caretas, y que no le dejaba más de unapágina de la revista, con ilustración y todo, para desarrollar su historia. Escierto que más tarde, hasta Caras y Caretas se enorgulleció de conceder másespacio a <strong>Quiroga</strong>. Aun así, el cuentista había aprendido bien la lección ymuchas veces no necesitó mayor espacio para redondear completamentesu historia. En su Decálogo lo dice magistralmente: “Si quieres expresar conexactitud esta circunstancia: ‘desde el río soplaba un viento frío’, no hayen lengua humana más palabras que las apuntadas para expresarlas”. En elmismo texto agrega: “No adjetives sin necesidad. Inútil será cuantas colasadhieras a un sustantivo débil. Si hallas el que es preciso, él solo, tendrá uncolor incomparable. Pero hay que hallarlo”.Hace algunos años se abrió un debate en el Río de la Plata sobre lasupuesta incorrección del estilo de <strong>Quiroga</strong>. En el prólogo de sus <strong>Cuentos</strong>escogidos (Madrid, Aguilar, 1950) llegó a decir Guillermo de Torre: “Escribía,por momentos, una prosa que a fuerza de concisión resultaba confusa; afuerza de desaliño, torpe y viciada. En rigor no sentía la materia idiomática,no tenía el menor escrúpulo de pureza verbal”. Como esta frase suscitóalgún resquemor y alguna réplica, el crítico español aclaró más tarde:Recuerdo que hace bastantes años, a raíz de mi primer viaje a Buenos Aires,encontré en una tertulia de La Nación a <strong>Quiroga</strong>. Tras las presentaciones derigor, hube de decirle, con tanta cortesía como sinceridad, cuánto me habíanimpresionado ciertos cuentos suyos que había tenido ocasión de leer en España,reunidos en un tomo que allí se editó bajo el título de La gallina degollada:<strong>Horacio</strong> <strong>Quiroga</strong> vino a responderme más o menos: “Muy amable de su parte,pero no creo que mis cuentos puedan interesar mucho a los lectores españoles;seguramente los encontrarán mal escritos, porque a mí no me interesael idioma”.Estas palabras que invoca de Torre, y que sustancialmente deben serexactas, apuntan no a un desprecio de la materia idiomática, como creyó elcrítico español, sino a un concepto distinto del idioma. Es posible enten-cuentosXL

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!