12.07.2015 Views

Leer-Cuentos.-Horacio-Quiroga

Leer-Cuentos.-Horacio-Quiroga

Leer-Cuentos.-Horacio-Quiroga

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

nerviosidad que le producía a él mismo su hurañía. Al fin se fue. Posiblementetrató de hacerme perder toda mala impresión con su afectuosísimadespedida, ofreciéndome su apellido y su casa con un sostenido apretón demanos lleno de cariño. Lugones bajó con él, porque su escalera ya oscura nodespertaba fuertes deseos de arriesgarse solo en su perpendicularidad.—¿Qué diablo de individuo es ése? –le pregunté cuando volvió. Lugonesse encogió de hombros.—Es un individuo terrible. No sé cómo esta noche ha hablado diezpalabras con usted. Suele pasar una hora entera sin hablar por su cuenta,y ya supondrá la gracia que me hace cuando viene así. Por otro lado, vienepoco. Es muy inteligente en sus buenos momentos. Ya lo habrá notadoporque oí que conversaban.—Sí, me contaba un caso curioso.—¿De qué?—De un amigo perseguido. Entiende como un demonio de locuras.—Ya lo creo, como que él también es perseguido.Apenas oí esto, un relámpago de lógica explicativa iluminó lo oscuroque sentía en el otro. ¡Indudablemente!... Recordé sobre todo su aire foscocuando le pregunté si no sicologaba más... El buen loco había creído que yolo adivinaba y me insinuaba en su fuero interno...—¡Claro! –me reí–. ¡Ahora me doy cuenta! ¡Pero es endiabladamentesutil su Díaz Vélez! –Y le conté el lazo que me había tendido para divertirsea mis expensas: la ficción de un amigo perseguido, sus comentarios. Peroapenas en el comienzo, Lugones me cortó:—No hay tal; eso ha pasado efectivamente. Sólo que el amigo es él mismo.Le ha dicho en un todo la verdad; tuvo una tifoidea, quedó mal, curóhasta por ahí, y ya ve que es bastante problemática su cordura. Tambiénes muy posible que lo del mostrador sea verdad, pero pasado a él mismo.Interesante el individuo, ¿eh?—¡De sobra! –le respondí, mientras jugaba con el cenicero.* * *Salí tarde. El tiempo se componía al fin, y sin que el cielo se viera elbiblioteca ayacucho25

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!