13.07.2015 Views

Directorio 1996-1997 - Diseño Gráfico Ribeiro

Directorio 1996-1997 - Diseño Gráfico Ribeiro

Directorio 1996-1997 - Diseño Gráfico Ribeiro

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

La empresa comoprotagonista del cambioPocas instituciones tan admiradasy, al mismo tiempo, vituperadas.La empresa fue definidaalguna vez como la instituciónsocial más exitosa del siglo XX y, tal comopuede atisbarse el futuro, no hay razonespara pensar que vaya a dejar de serlo enla próxima centuria. Entre otros motivos,porque casi todos los sistemas están encrisis en la actualidad: desde los sistemasde gobierno hasta los de enseñanza, desdelos sistemas de justicia hasta los detransporte. Partidos políticos, fuerzas armadas,iglesias, sindicatos buscan hoyredefinir su papel en la sociedad; unasociedad que a su vez se torna más y máscompleja y genera, sin cesar, nuevosfocos de poder: organizaciones en defensade los consumidores, grupos ecologistas,ciudadanos que se unen en pro de unacausa determinada, organismos no gubernamentales.Una sociedad que, al mismotiempo vive una etapa de transición entreel concepto clásico del Estado soberano ylas nuevas formas de supra racionalidadque de un modo u otro se van imponiendoen el mundo y acerca de las cuales nohay todavía suficiente experiencia acumulada.La sociedad de fines del siglo XX y comienzosdel XXI tiene que habérselas conestos y otros múltiples desafíos: la irrupciónde la tecnología en una escala nuncavista antes, comunicaciones planetariasque crecen en forma exponencial, grandesgrupos de países poderosos que convivencon pequeños nacionalismos yregionalismos, y así hasta el infinito. Ensíntesis: instituciones en crisis, desconcertadasfrente a constelaciones de problemasque nunca habían imaginado, nuevostanto en lo cualitativo como en locuantitativo. Cuando todos estos ingredientesse juntan parecen formar unamezcla explosiva y, a la hora de mirar enGERARDO LÓPEZ ALONSOel entorno en busca de soluciones, no sonpocos los que ven a la empresa como elagente más idóneo para protagonizar estaviolenta transformación.La empresa, al parecer, pudo adaptarse alas circunstancias más diversas, solo si seconsidera su historia desde la segundarevolución industrial, hacia 1860 y hasta elpresente. La empresa privada capitalistafloreció y sobrevivió activamente en laRusia Soviética, desde 1917 hasta su disoluciónformal en 1991. Mientras las fábricasdel Estado producían con un nivel deineficiencia tal que hizo exclamar aGorbachov, con vergüenza, que su paísera capaz de enviar una nave al espaciopero no de fabricar un par de zapatosdignos de ese nombre, todo se podíaobtener en la Unión Soviética, en uninmenso mercado negro, ferozmente capitalista,ferozmente empresario, al queacudían todos, desde los máximos exponentesde la Nomenklatura hasta el másmodesto de los burócratas.Esta capacidad de adaptación habla a lasclaras de un atributo esencial de la empresa:su flexibilidad. Bajo ciertas circunstanciasse cumplen los postulados de Marx ylos capitales tienden a concentrarse, hastaformar enormes multinacionales, capacesde operar en todo el mundo. Bajo otrascondiciones-no excluyentes con las primeras- emergenlas Pymes, a veces de vida efímera, perocapaces de "llenar todos los huecos", dedescubrir y sacar provecho de los másinsólitos nichos del mercado.Por razones que no resultan del todoclaras, la empresa privada no disfruta delos beneficios de una buena prensa. Esmás, mucho más, lo que se la ataca que loque se la defiende. Es mucho más lo quese escucha en contra de ella que en sufavor. Descubrir, a esta altura, que lasempresas privadas incurren en toda clasede errores y abusos es -para decirlo enforma cortés- un lugar común. Pero el serhumano es peculiar: le agrada mucho másdedicarse a señalar lo malo que a hacerinventarios -que pueden ser aburridos- delo bueno. Es así como, con harta frecuencia,una misma persona opina a favor y encontra del sistema empresario, según lascircunstancias, el auditorio o su humor delmomento. No es corriente, por ejemplo,escuchar razonamientos del tipo de quehoy sería definitivamente inconcebibleuna sociedad sin empresas. A la inversa, síes frecuente el comentario de quienes, sino críticos destructivos, consideran a laempresa como una especie de "mal necesario",algo que sería preferible que noexistiera, pero que por el momento nohay más remedio que tolerar.El éxito y el fracasoAfortunadamente para sus críticos, que deotro modo no podrían sobrevivir, las empresas-como conjunto- gozan de buenasalud, interpretan, asimilan y hacen posibleslos cambios sociales, invierten eninvestigación y desarrollo, dan trabajo ycrean productos sin los cuales no existiríanlas complejas sociedades que pueblangran parte del mundo de hoy.Es más: un importante porcentaje delsistema empresario en todo el mundo nosólo sobrevive sino que tiene éxito. Y estesí es un tema trascendente: según Kipling,al éxito y al fracaso hay que tratarlos comoa dos impostores. Seguramente ha de serasí, pero cuando se trata de la siempredura realidad de la empresa, más bien hayque afinar la puntería en busca del éxito.Y esto conduce a una observación trascendente:en la vida de las empresas -salvo casos flagrantes y escandalosos- ladiferencia entre el éxito y el fracaso sueleser sutil. No fracasa aquel que siemprecomete errores grotescos ni triunfa aquelque siempre exhibe aciertos geniales.Caminos muy parecidos -a veces demasiadoparecidos- pueden conducir a uno uotro resultado. Son pequeñas cosas lasque hacen la diferencia. Es hacia los detallesadonde hay que mirar.Y el éxito de la empresa no se explica sinexaminar, así sea rápidamente, el papeldel empresario. Sólo en tiempos relativamenterecientes se puso el acento en esteaspecto central; para las interpretacionesIDEA mayo-junio de <strong>1996</strong> 35

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!