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- Page 55 and 56: IXFue esta la oración con la que d
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XLlena de felicidad, escribí una r
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saboreaba con inefable dulzura el g
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XIMis sentidos (como he descrito) e
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sobre ello. No obstante, no debe su
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hubiera sido un mendigo, o la más
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Había un abrupto cerro para bajar
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los pocos días en los que gozaba d
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así que uno siente la eficacia de
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maridos cuando marchan a la guerra.
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llevaban. Vi con claridad que era d
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XIVMientras mi marido disfrutaba de
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menudo me recibía con los brazos a
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XVAl llegar a casa me encontré a m
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de mi suegra, y le dijo que era de
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había vuelto como un trozo de burd
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XVIMi doncella se hacía cada día
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A veces me decía a mí misma: “O
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para la oración no. Confieso que l
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Como aún no habíamos construido l
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habitación con alguno de mis amigo
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Mi disposición en aquel tiempo era
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Me aplicaba mucho en actos de carid
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París era ahora un lugar del que n
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Envié inmediatamente a alguien a P
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eivindicaba mi dote en forma de cru
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Él se volvió allí el único due
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¡Adorable proceder de Dios! No deb
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punto, hubieran condenado al demand
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Adolecía de un conflicto interno q
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sola en un bosquecillo en el que ha
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de la mente. La tremenda depresión
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enunció a ella, y me escribió par
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que previamente las había hecho. D
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aflicción le pudiera secundar una
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las dejo a los cuidados del Señor.
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ienestar”. No obstante, vino conm
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el propósito de atraerle con el am
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En medio de mis miserias, Génova s
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Si uno pudiera juzgar un bien por l
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¡Cuánto os compadezco si os qued
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me des tu consejo”. Tres días de
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mérito (cuyo rostro aún sigue con
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llave y todos el que iba a verla lo
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Las cuerdas con las que el Señor m
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un aire tan refrescante que me sorp
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Desde aquel entonces, el Padre LaCo