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Pactos para la igualdad: Hacia un futuro sostenible

El documento que la CEPAL da a conocer en esta ocasión profundiza en la línea de la igualdad de los presentados en sus dos anteriores períodos de sesiones: La hora de la igualdad: brechas por cerrar, caminos por abrir (2010, Brasilia), y Cambio estructural para la igualdad: Una visión integrada del desarrollo (2012, El Salvador). Bajo el título Pactos para la igualdad: hacia un futuro sostenible, el actual documento de posición plantea los dos grandes retos que enfrenta el desarrollo en América Latina y el Caribe: lograr mayores grados de igualdad y procurar sostenibilidad en la dinámica del desarrollo de cara a las nuevas generaciones.

El documento que la CEPAL da a conocer en esta ocasión profundiza en la línea de la igualdad de los presentados en sus dos anteriores períodos de sesiones: La hora de la igualdad: brechas por cerrar, caminos por abrir (2010, Brasilia), y Cambio estructural para la igualdad: Una visión integrada del desarrollo (2012, El Salvador).
Bajo el título Pactos para la igualdad: hacia un futuro sostenible, el actual documento de posición plantea los dos grandes retos que enfrenta el desarrollo en América Latina y el Caribe: lograr mayores grados de igualdad y procurar sostenibilidad en la dinámica del desarrollo de cara a las nuevas generaciones.

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<strong>Pactos</strong> <strong>para</strong> <strong>la</strong> <strong>igualdad</strong>: hacia <strong>un</strong> <strong>futuro</strong> <strong>sostenible</strong><br />

en compra de automóviles convierte a los deciles altos en sectores más ”erosionantes”, en <strong>la</strong> medida en que aportan<br />

en mayor proporción a <strong>la</strong> contaminación atmosférica, <strong>la</strong> congestión urbana y el consumo de energía proveniente de<br />

fuentes no renovables. La des<strong>igualdad</strong> opera, también, en <strong>la</strong>s externalidades ambientales.<br />

La segregación del consumo en servicios de provisión pública o privada puede ser, pues, negativa <strong>para</strong> <strong>la</strong><br />

cohesión social. Cuanto más se fortalece el consumo privado, posicional o por búsqueda de <strong>la</strong> calidad que podría ser<br />

deficitaria en los servicios públicos, más se desvincu<strong>la</strong>n entre sí los grupos sociales. La autonomía se convierte, cada<br />

vez más, en <strong>un</strong> valor que exalta el individualismo, en lugar de conjugarse con soluciones colectivas a los problemas<br />

del bienestar. Así, <strong>la</strong> figura del consumidor se distancia progresivamente de <strong>la</strong> del ciudadano y, más aún, se tiende<br />

a conf<strong>un</strong>dir al ciudadano con el consumidor.<br />

Los factores mencionados p<strong>la</strong>ntean problemas de sostenibilidad, tanto en materia de cohesión social como de<br />

fiscalidad. La posibilidad de alcanzar pactos fiscales progresivos depende en buena medida del apoyo de los sectores<br />

medios y altos, que a su vez se debilita si ellos deben incurrir en crecientes gastos <strong>para</strong> solucionar de manera privada<br />

el acceso a los servicios básicos. Cuando el Estado consigue proveer buenos servicios con alcance <strong>un</strong>iversal en materia<br />

de salud, educación, transporte, seguridad, servicios básicos y medio ambiente, <strong>la</strong> cohesión social y el bienestar<br />

red<strong>un</strong>dan en <strong>un</strong>a mayor predisposición a los compromisos recíprocos y reducen <strong>la</strong> tendencia a retraerse de ellos.<br />

Para lograr pactos sociales en torno al consumo se requieren al menos tres líneas de acuerdos. Una primera<br />

línea es el pacto fiscal de dos caras: por <strong>un</strong> <strong>la</strong>do, <strong>la</strong> reforma tributaria y, por otro, <strong>la</strong> provisión de servicios públicos<br />

<strong>para</strong> posibilitar consumos estrechamente ligados al bienestar. Ambas caras deben formar parte de <strong>un</strong> acuerdo que <strong>la</strong>s<br />

vincule. A fin de mejorar esta provisión se necesitan más recursos, que se captan a través de los impuestos; <strong>para</strong> que<br />

<strong>la</strong> ecuación ejerza <strong>un</strong> efecto positivo sobre <strong>la</strong> <strong>igualdad</strong> deben aplicarse impuestos progresivos, al mismo tiempo que<br />

deben proveerse servicios extendiendo el acceso a los sectores más privados de ellos. Un pacto social en torno a esta<br />

moneda de dos caras es, a <strong>la</strong> vez, medio y fin de <strong>un</strong>a mayor cohesión social, o de <strong>un</strong>a mejor “calidad de <strong>la</strong> sociedad”.<br />

Una seg<strong>un</strong>da línea de acuerdo <strong>para</strong> <strong>un</strong> pacto social en torno al consumo debe p<strong>la</strong>ntear orientaciones estratégicas<br />

<strong>para</strong> equilibrar <strong>la</strong> expansión del consumo con <strong>la</strong> inversión productiva. Una sociedad de alto consumo pero poco<br />

diversificada en su producción y altamente dependiente del valor de sus materias primas es <strong>un</strong>a sociedad poco<br />

<strong>sostenible</strong>. Financiar el consumo con el boom de los productos básicos tiene sus límites. Es necesario <strong>un</strong> acuerdo en<br />

el sentido de que <strong>la</strong> expansión del consumo en favor de <strong>un</strong> mayor bienestar general vaya acompañada de <strong>la</strong> inversión<br />

requerida <strong>para</strong> conformar <strong>un</strong>a estructura productiva que, por medio del empleo, promueva <strong>un</strong>a mayor inclusión<br />

social y, por efecto de su diversificación, provea mayor resiliencia frente a los choques externos. El equilibrio entre<br />

el consumo y <strong>la</strong> producción, así como <strong>la</strong> dinámica de ambos, son también c<strong>la</strong>ves <strong>para</strong> sostener los equilibrios de<br />

cuenta corriente en el <strong>la</strong>rgo p<strong>la</strong>zo.<br />

En otras pa<strong>la</strong>bras, deben conjugarse los cambios en el patrón de consumo con el esfuerzo por elevar <strong>la</strong> tasa<br />

de inversión y por modificar su composición. Es muy difícil cambiar los patrones de demanda si no se cambian los<br />

patrones de oferta. Bajas tasas de inversión, dirigida hacia sectores no transables o hacia sectores productores de<br />

recursos naturales sujetos a <strong>la</strong> l<strong>la</strong>mada “lotería” de los productos básicos, poco contribuirán a reducir <strong>la</strong> vo<strong>la</strong>tilidad<br />

del consumo o a reorientarlo hacia procesos y productos menos contaminantes. Una expansión de <strong>la</strong> oferta —a<br />

precios más bajos— de bienes y servicios que han sido procesados respetando el medio ambiente debe acompañar<br />

el esfuerzo por educar al consumidor y por reducir des<strong>igualdad</strong>es. En ese sentido, generar —por medio de <strong>la</strong> política<br />

industrial— los incentivos c<strong>la</strong>ve <strong>para</strong> elevar <strong>la</strong> inversión en los nuevos sectores es condición indispensable <strong>para</strong> hacer<br />

viable <strong>un</strong>a transformación de <strong>la</strong>s modalidades de consumo.<br />

La tercera línea de acuerdo se re<strong>la</strong>ciona con <strong>la</strong>s externalidades del patrón de consumo en términos ambientales y<br />

energéticos. Gravar <strong>la</strong> contaminación y el consumo energético excesivo es necesario <strong>para</strong> favorecer <strong>la</strong> promoción de<br />

<strong>un</strong>a mayor solidaridad con <strong>la</strong>s generaciones futuras 26 . Hoy es evidente que el consumo “de esca<strong>para</strong>te”, el aumento<br />

progresivo del parque automotor, <strong>la</strong> expansión del gasto de energía por encima del crecimiento del PIB per cápita<br />

y los desechos que origina <strong>un</strong> mercado de obsolescencia p<strong>la</strong>nificada p<strong>la</strong>ntean serios problemas de contaminación<br />

del aire, congestión del espacio urbano, acumu<strong>la</strong>ción de desechos no degradables y presiones intensas sobre <strong>la</strong><br />

26<br />

Además de gravar <strong>la</strong> contaminación, se pueden utilizar mecanismos complementarios que también coadyuvan a enfrentar externalidades<br />

negativas del consumo, como <strong>la</strong> regu<strong>la</strong>ción administrativa o penal de <strong>la</strong>s actividades que deterioran el medio ambiente. Por ello es<br />

preciso adoptar <strong>un</strong> enfoque integral de <strong>la</strong> regu<strong>la</strong>ción vigente en materia ambiental, sanitaria y penal, en procura de <strong>un</strong> equilibrio<br />

óptimo entre <strong>la</strong>s distintas herramientas.<br />

Capítulo IV<br />

235

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