Pactos para la igualdad: Hacia un futuro sostenible
El documento que la CEPAL da a conocer en esta ocasión profundiza en la línea de la igualdad de los presentados en sus dos anteriores períodos de sesiones: La hora de la igualdad: brechas por cerrar, caminos por abrir (2010, Brasilia), y Cambio estructural para la igualdad: Una visión integrada del desarrollo (2012, El Salvador). Bajo el título Pactos para la igualdad: hacia un futuro sostenible, el actual documento de posición plantea los dos grandes retos que enfrenta el desarrollo en América Latina y el Caribe: lograr mayores grados de igualdad y procurar sostenibilidad en la dinámica del desarrollo de cara a las nuevas generaciones.
El documento que la CEPAL da a conocer en esta ocasión profundiza en la línea de la igualdad de los presentados en sus dos anteriores períodos de sesiones: La hora de la igualdad: brechas por cerrar, caminos por abrir (2010, Brasilia), y Cambio estructural para la igualdad: Una visión integrada del desarrollo (2012, El Salvador).
Bajo el título Pactos para la igualdad: hacia un futuro sostenible, el actual documento de posición plantea los dos grandes retos que enfrenta el desarrollo en América Latina y el Caribe: lograr mayores grados de igualdad y procurar sostenibilidad en la dinámica del desarrollo de cara a las nuevas generaciones.
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Comisión Económica <strong>para</strong> América Latina y el Caribe (CEPAL)<br />
4. Dinámicas <strong>sostenible</strong>s entre productividad e <strong>igualdad</strong><br />
Como se indicó antes, <strong>la</strong> acción redistributiva del Estado se realiza en gran medida a través de mecanismos que pueden<br />
considerarse indirectos, como el gasto público en educación y salud. Estos no modifican el ingreso disponible de<br />
los hogares en el presente, pero ejercen <strong>un</strong> impacto muy relevante diferido en el tiempo, por cuanto promueven <strong>la</strong>s<br />
capacidades de <strong>la</strong>s personas y facilitan su inserción futura en el mercado de trabajo. En este apartado se analizan <strong>la</strong>s<br />
posibles interre<strong>la</strong>ciones entre estas capacidades redistributivas de los países en <strong>un</strong> sentido amplio, expresadas a través<br />
del gasto público social, <strong>la</strong>s estructuras productivas vigentes y los logros en términos de <strong>igualdad</strong>. En el gráfico I.8<br />
se utilizan los niveles de productividad del trabajo (eje de <strong>la</strong>s ordenadas) como variable sustitutiva de <strong>la</strong> intensidad<br />
de conocimientos de <strong>la</strong> estructura productiva, ya que ellos resultan de <strong>la</strong>s capacidades tecnológicas dif<strong>un</strong>didas en<br />
el tejido productivo. El gasto público social como porcentaje del PIB (eje de <strong>la</strong>s abscisas) se presenta como variable<br />
sustitutiva del esfuerzo de <strong>la</strong>s instituciones sociales por corregir des<strong>igualdad</strong>es y proteger a los sectores vulnerables.<br />
La des<strong>igualdad</strong> se representa por medio del tamaño de los círculos, que corresponden a los índices de Gini (los<br />
círculos mayores indican <strong>un</strong>a mayor des<strong>igualdad</strong>) 11 .<br />
Gráfico I.8<br />
Productividad <strong>la</strong>boral y gasto social como porcentaje del PIB, alrededor de 1990 y 2010,<br />
y des<strong>igualdad</strong>, alrededor de 2010 a<br />
(En dó<strong>la</strong>res constantes de 2005 y porcentajes)<br />
Productividad <strong>la</strong>boral<br />
100 000<br />
90 000<br />
80 000<br />
70 000<br />
60 000<br />
50 000<br />
40 000<br />
Estados Unidos 38 Ir<strong>la</strong>nda 33,1<br />
Australia 33,4<br />
Hong Kong (RAE de China) 43,1<br />
Canadá 32<br />
Singapur 44,8<br />
Nueva Ze<strong>la</strong>ndia 31,7<br />
Rep. de Corea 31,1<br />
Dinamarca 25,2<br />
Suecia 26,9<br />
Fin<strong>la</strong>ndia 26<br />
30 000<br />
México 47,2<br />
Chile 50,1<br />
Uruguay 45,3<br />
20 000<br />
Argentina 44,5<br />
Venezue<strong>la</strong> (Rep. Bol.<br />
10 000<br />
de) 44,8<br />
Colombia 55,9 Costa Rica 50,7<br />
Brasil 54,7<br />
Ecuador 49,3 Perú 48,1<br />
0<br />
0 5 10 15 20 25 30 35<br />
Gasto social como porcentaje del PIB<br />
Fuente: Comisión Económica <strong>para</strong> América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre <strong>la</strong> base de Standardized World Income Inequality Database, versión 4.0, septiembre<br />
de 2013 [en línea] http://myweb.uiowa.edu/fsolt/swiid/swiid.html; Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), STAN Structural Analysis<br />
Database [en línea] http://www.oecd.org/industry/ind/stanstructura<strong>la</strong>nalysisdatabase.htm; y Banco M<strong>un</strong>dial, World Development Indicators.<br />
a<br />
Las líneas indican <strong>la</strong> evolución de <strong>la</strong> productividad <strong>la</strong>boral y el gasto social entre los dos años considerados (alrededor de 1990 y de 2010). La des<strong>igualdad</strong> se<br />
representa por medio del tamaño de los círculos, que corresponden a los índices de Gini (los círculos mayores indican <strong>un</strong> mayor nivel de des<strong>igualdad</strong>).<br />
Los países más igualitarios son los que presentan <strong>un</strong>a mayor productividad y los que más invierten en corregir<br />
<strong>la</strong>s des<strong>igualdad</strong>es derivadas del proceso competitivo (según se refleja en el gasto social como porcentaje del PIB).<br />
Su núcleo (en <strong>la</strong> parte superior del cuadrante noreste) está compuesto principalmente por los países escandinavos,<br />
donde se combina <strong>la</strong> <strong>igualdad</strong>, asociada a estructuras productivas complejas, con <strong>un</strong>a institucionalidad que limita<br />
los efectos concentradores del mercado y redefine en gran medida sus resultados.<br />
En seg<strong>un</strong>do lugar, se encuentran los países de origen anglosajón, que tienen niveles de productividad parecidos<br />
a aquellos de los países escandinavos, pero menor <strong>igualdad</strong>. Los países escandinavos tienen <strong>un</strong>a productividad<br />
simi<strong>la</strong>r a <strong>la</strong> de los Estados Unidos e Ir<strong>la</strong>nda y superior a <strong>la</strong> del Canadá y Australia, pero sus niveles de gasto social<br />
como porcentaje del PIB son superiores a los de los países anglosajones y logran resultados mejores en materia de<br />
<strong>igualdad</strong>. La institucionalidad y <strong>la</strong>s decisiones de <strong>la</strong> sociedad acerca de cuánta des<strong>igualdad</strong> está dispuesta a tolerar<br />
importan y dejan <strong>un</strong>a huel<strong>la</strong> c<strong>la</strong>ra en los patrones de des<strong>igualdad</strong> en países cuyas estructuras productivas presentan<br />
niveles simi<strong>la</strong>res de intensidad de conocimientos.<br />
El que exista <strong>un</strong> grupo de países donde se conjugan los mejores logros en <strong>igualdad</strong> y productividad es consistente<br />
con <strong>la</strong> idea de que <strong>la</strong> <strong>igualdad</strong> se alcanza, al menos en parte, a través de <strong>un</strong>a distribución más “pareja” de capacidades<br />
y empleos de calidad dentro de <strong>un</strong>a estructura diversificada. En estos países, <strong>la</strong>s ganancias de productividad permitirían<br />
proteger a <strong>la</strong> fuerza de trabajo más vulnerable, que puede verse afectada negativamente por el proceso de cambio estructural.<br />
Capítulo I<br />
11<br />
Los datos com<strong>para</strong>bles entre países referidos al gasto social solo han podido actualizarse hasta 2010 en el gráfico I.8. Cabe advertir,<br />
al respecto, que hay países —como es el caso del Perú— que han incrementado en años recientes <strong>la</strong> magnitud del gasto social como<br />
porcentaje del PIB.<br />
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