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Patriarcas Y Profetas por Elena White

Desde los tiempos prehistóricos, traza Patriarcas y Profetas el conflicto entre el bien y el mal y su alcance universal. Este libro responde de manera sucinta a las preguntas hirvientes sobre el amor, la naturaleza humana, maldiciones generacionales, bendiciones generacionales y el trayecto de la vida. Llevando al lector detrás de la cortina para penetrar los misterios del pasado que prefigura el futuro, el libro investiga a fondo los caracteres de los hombres y las mujeres nacidos en circunstancias sombrías y probados en crisoles de arduas a través del cual se revelan defectos trágicos y virtudes dignas. Repetidas veces, ha configurado la intervención sobrenatural de forma dinámica sus cursos, mientras que sus opciones, para mejor o para peor, hacen una huella imborrable en su descendencia y sus sociedades. Se distingue a las personas a la espera de una esperanza futura tenazmente abrazando las promesas de cambio de vida ...

Desde los tiempos prehistóricos, traza Patriarcas y Profetas el conflicto entre el bien y el mal y su alcance universal. Este libro responde de manera sucinta a las preguntas hirvientes sobre el amor, la naturaleza humana, maldiciones generacionales, bendiciones generacionales y el trayecto de la vida. Llevando al lector detrás de la cortina para penetrar los misterios del pasado que prefigura el futuro, el libro investiga a fondo los caracteres de los hombres y las mujeres nacidos en circunstancias sombrías y probados en crisoles de arduas a través del cual se revelan defectos trágicos y virtudes dignas. Repetidas veces, ha configurado la intervención sobrenatural de forma dinámica sus cursos, mientras que sus opciones, para mejor o para peor, hacen una huella imborrable en su descendencia y sus sociedades. Se distingue a las personas a la espera de una esperanza futura tenazmente abrazando las promesas de cambio de vida ...

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CAPÍTULO 21. José y sus Hermanos<br />

AL PRINCIPIAR los años fructíferos comenzaron los preparativos para el hambre que se<br />

aproximaba. Bajo la dirección de José, se construyeron inmensos graneros en los lugares<br />

principales de todo Egipto, y se hicieron amplios preparativos para conservar el excedente de la<br />

esperada cosecha. Se siguió el mismo procedimiento durante los siete años de abundancia hasta<br />

que la cantidad de granos guardados era incalculable. Y luego, de acuerdo con la predicción de<br />

José, comenzaron los siete años de escasez. "Y hubo hambre en todos los países, mas en toda la<br />

tierra de Egipto había pan. Y cuando se sintió el hambre en toda la tierra de Egipto, el pueblo<br />

clamó a Faraón <strong>por</strong> pan. Y dijo Faraón a todos los egipcios: Id a José, y haced lo que él os dijere.<br />

Y el hambre estaba <strong>por</strong> toda la extensión del país. Entonces abrió José todo granero donde había,<br />

y vendía a los egipcios." (Gén. 41:54-56.).<br />

El hambre se extendió a la tierra de Canaán, y fue muy severa en la parte del país donde<br />

moraba Jacob. Habiendo oído hablar de la abundante provisión hecha <strong>por</strong> el rey de Egipto, diez de<br />

los hijos de Jacob se trasladaron allá para comprar granos. Al llegar, los llevaron a ver al virrey, y<br />

juntamente con otros solicitantes se presentaron ante el gobernador de la tierra. "E inclináronse a<br />

él rostro <strong>por</strong> tierra." (Véase Génesis 42-50.) "José, pues, conoció a sus hermanos; pero ellos no le<br />

conocieron." Su nombre hebreo había sido cambiado <strong>por</strong> el que le había puesto el rey; y había muy<br />

poca semejanza entre el primer ministro de Egipto y el mancebo a quien ellos habían vendido a<br />

los ismaelitas, Al ver a sus hermanos inclinándose y saludándole con reverencias, José recordó sus<br />

sueños, y las escenas del pasado se presentaron vivamente ante él.<br />

Su mirada penetrante, al examinar el grupo, descubrió que Benjamín no estaba entre ellos.<br />

¿Habría sido él también víctima de la traicionera crueldad de aquellos hombres rudos? Decidió<br />

averiguar la verdad. Espías sois -les dijo severamente;- <strong>por</strong> ver lo descubierto del país habéis<br />

venido." Contestaron ellos: "No, señor mío: mas tus siervos han venido a comprar alimentos.<br />

Todos nosotros somos hijos de un varón: somos hombres de verdad: tus siervos nunca fueron<br />

espías." José deseaba saber si todavía tenían el mismo espíritu arrogante que cuando él estaba con<br />

ellos, y también quería obtener alguna información respecto a su hogar; no obstante, sabía muy<br />

bien cuán engañosas podían ser las declaraciones que ellos hicieran. Los acusó de nuevo, y<br />

contestaron: "Tus siervos somos doce hermanos, hijos dé un varón en la tierra de Canaán; y he<br />

aquí el menor está hoy con nuestro padre, y otro no parece."<br />

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